
La propuesta de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales representa una “transformación profunda”. El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Marath Bolaños López, afirmó que esta exige tiempo y debe implementarse de manera gradual, requiriendo “cambios, adecuaciones de importante calado y muy significativas”.
El debate sobre la implementación
Marath Bolaños López señaló que, si bien “habrá seguramente quienes en algún momento consideren que esta reducción de jornada debería de implementarse de manera inmediata, súbita, de un día para otro”, existen otras posiciones. También hay quienes sugieren que “no es necesariamente el mejor momento para avanzar”. No obstante, enfatizó: “que no haya duda, siempre es un buen momento para defender y ver los derechos de los trabajadores”.
Durante la inauguración del segundo foro para la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales en Monterrey, Nuevo León, el titular de la STPS explicó que el propósito de estas reuniones es definir colaborativamente “un conjunto de premisas que sirvan como base para el plan ‘de implementación’ gradual”.
“La Secretaría del Trabajo siempre ha sido un espacio abierto para el diálogo, para el encuentro, para la escucha”, reiteró, destacando que “por el nivel de calado de esta reforma implica que reiteremos ese carácter nuevamente”.
Efectos de la reducción y propuesta de estímulos
El funcionario reiteró los diversos efectos que puede tener una reducción de jornada laboral. Citando a la Organización Internacional de Trabajo (OIT), indicó que “existe evidencia que acortar la jornada puede generar incrementos en la productividad a través de diversos mecanismos”. Estos incluyen:
La disminución de la fatiga.
La reducción de errores.
Menos accidentes.
Disminución del ausentismo.
- Reducción de conflictos entre la vida personal y laboral.
Por su parte, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, propuso establecer estímulos fiscales para las empresas que adopten la semana laboral de 40 horas. Planteó que “aquellas empresas que estén listas… de Nuevo León que ayuden al Estado y a la federación a implementar el esquema de 40 horas, tengan beneficios fiscales para compensar pues ese costo que les puede repercutir, por ejemplo, ya no trabajar los sábados o las horas extra”.
El gobernador manifestó que las grandes reformas y proyectos “tienen que ser muy bien planeados, implacablemente ejecutados y sobre todo graduales”. Señaló que “En Nuevo León somos la ciudad industrial de México y una reforma de tan gran calado como esta, pues debe ser consensuado con nuestras industrias, con todos aquellos patronos, así por supuesto con los sindicatos”. Argumentó que, si bien se busca “darle una mejor vida a los trabajadores, que todos los que son obreros tengan más tiempo de recreación, de estudio”, es crucial que “al mismo tiempo no se distorsione la gran economía”.
El debate sobre la reducción de la jornada laboral parece centrarse en el “cómo” y el “cuándo”, buscando equilibrar los derechos laborales con las realidades económicas.