
Por Sergio Caballero *
Lo de este domingo fue la crónica anunciada de una elección fallida.
Si bien aún no hay resultados oficiales, las urnas casi vacías describen el fracaso de este experimento.
Para el régimen, para los intereses de Morena, se cumplió el objetivo al más puro estilo de uno de los demonios de la 4T. Ganaron “haiga sido como haiga sido”.
Ahí quedan el acarreo; los funcionarios haciendo campaña con el pretexto de promover las elecciones y, claro, los acordeones, incluidos los comestibles.
El triunfo de la 4T es que llegaron los ministros, magistrados y jueces. Se acabarán los obstáculos para imponer leyes y ocurrencias legales.
Pero, se trata de una victoria pírrica. Las casillas vacías son la evidencia del campo de batalla. Pero hay otro demérito: los votos nulos en las urnas, que aún no se contabilizan.
Una de las justificaciones para hacer un Poder Judicial a la medida, es que ese fue uno de los pedimentos del pueblo sabio.
Pero, todo parece indicar que el pueblo sabio tenía otros datos y siempre no le interesaba participar en este golpe a la división de poderes.
En realidad, lo más relevante de la jornada fue la reaparición del expresidente Andrés Manuel López Obrador, a quien la reacción ubicaba en Cuba.
Pero lo que queda es un experimento fallido.
Y lo que sigue son las maromas… para defender lo indefendible.
Colaboración para el noticiero ¡Buenos Días!