
Leslie Gordillo/CARIBE PENINSULAR
PUERTO MORELOS.- Arsénico, cobre, manganeso y molibdeno, son algunos de los elementos que trae consigo el sargazo que arriba al Caribe Mexicano, de acuerdo con un estudio liderado por Rosa Elisa Rodríguez Martínez, integrante de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, con sede en Puerto Morelos.
Estos resultados los obtuvieron después de analizar 63 muestras de estas macroalgas, entre 2018 y 2019 en diferentes localidades, confirmando que en altas dosis pueden ser dañinos tanto para humanos como para la flora y la fauna de la región.
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“Si bien algunos de estos elementos son nutrientes esenciales, otros pueden llegar a ser tóxicos en altas concentraciones. El que más preocupa es el arsénico, pues se encontró en todas las muestras colectadas y en la mayoría superan los límites establecidos para consumo humano y animal”, informó para la revista UNAM Global.
De acuerdo con la investigación en la que también participaron el Instituto de Geología de la UNAM, El Colegio de la Frontera Sur, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y el Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Internacional de Florida, se encontraron elementos como: aluminio, calcio, cloro, cobre, hierro, potasio, magnesio, fósforo, plomo, rubidio, azufre, silicio, estroncio, torio, uranio, vanadio, zinc, entre otros.
“Desde el comienzo del arribo masivo de sargazo a nuestras costas una de las preocupaciones fue que podría contener metales pesados y metaloides, porque se sabe que las algas pardas tienen alginatos, los cuales favorecen su absorción, y porque ya había algunos reportes para otros lugares del Caribe acerca de altas concentraciones de algunos elementos tóxicos. Sin embargo, todos los estudios que se habían realizado eran muy puntuales, es decir, en un solo lugar o en un mes específico”, señaló.

La preocupación principal radica en que muchas de las tolenadas del alga que se estancan en las costas no son retiradas, por lo que su acumulación y posterior descomposición podrían estar afectando severamente los ecosistemas, incluyendo playas, arrecifes de coral, pastizales marinos, manglares y posiblemente el acuífero.
“Desde 2015 empezamos a ver mortalidad de pastizales marinos, pegados a la costa, por la gran cantidad de materia orgánica y actividad bacteriana que resulta de la descomposición de estas algas, la cual, por acción del oleaje, regresa al mar tornando el agua de color café, volviéndola turbia, reduciendo la cantidad de oxígeno y luz y aumentando los niveles de sulfuro, nitrato y amonio. Este deterioro en la calidad del agua ocasiona que las plantas no puedan realizar la fotosíntesis y mueran”, advirtió.
A partir del 2018 han identificado un aumento en la mortalidad de fauna marina, como: peces, crustáceos, moluscos, incluso corales, que si bien no está comprobado que esté asociado al arribo masivo de sargazo, el deterioro en la calidad del agua contribuye a la muerte de estos organismos.
Ante esto se ha hecho ya una recomendación para analizar la concentración de elementos tóxicos del sargazo antes de utilizarlo en la industria alimentaria y farmacéutica, así como encontrar formas adecuadas de su manejo, para que no deteriore las playas ni otros ecosistemas costeros, así como el acuífero, que puede contaminarse por la mala disposición.
Lo ideal, puntualizó, es retirar la macroalga de las playas y costas antes de que se descomponga, para evitar que los metales y elementos que contiene se acumulen en la zona marina y continúen dañando a la fauna y la flora de esta región.
“Es importante que en México se hagan más indagaciones como ésta, porque de los países afectados por la llegada masiva de sargazo somos de los que tiene más centros de investigación y mayores recursos para contribuir de manera efectiva a darle solución a este problema”, resumió.
