
La temporada 2025 de Aston Martin presenta un contraste abismal dentro del mismo garaje. Fernando Alonso, demostrando su clase de bicampeón, extrae un rendimiento notable del AMR25 tras mejoras. Lance Stroll, en cambio, parece completamente perdido, sumido en una racha negativa.
Un contraste abismal en Aston Martin
La temporada 2025 ha evidenciado realidades opuestas en Aston Martin. Tras un gran paquete de mejoras introducido en Imola, el coche verde dejó de luchar por la Q2 para pelear constantemente por la Q3 y los puntos con Fernando Alonso al volante.
Desde Imola, el asturiano ha encadenado cuatro clasificaciones consecutivas en Q3. Logró sus primeros puntos de la temporada en Barcelona y se consolidó como líder habitual de la zona media desde Canadá, donde fue sexto en calificación y séptimo en carrera en Montreal. Alonso incluso afirma que, gracias a esas mejoras, “ahora puedo empujar al máximo, puedo sentir lo que le hace falta al coche”, señalando que recuperó la conexión y confianza con su monoplaza a partir del nuevo paquete aerodinámico en Imola.
Por otro lado, Lance Stroll vive una situación opuesta. Tras un inicio de año ligeramente mejor en resultados brutos, el canadiense ha sumado solo 14 puntos en lo que va de campeonato, todos logrados antes de las mejoras. Desde entonces, su rendimiento cayó en picada: se ha vuelto habitual verlo eliminado en Q1 los sábados y terminar en las últimas posiciones los domingos. En su Gran Premio de casa en Canadá, Stroll terminó último de los que vieron la meta, lejos de los puntos, mientras Alonso brillaba.
La frustración de Lance es evidente: “No hay nada positivo… Sé que somos lentos”, sentenció tras Montreal. Incluso discrepó públicamente del optimismo de Alonso sobre las mejoras, asegurando “realmente no siento ninguna diferencia en el coche… hoy me he sentido muy lento otra vez”. Esta disparidad interna se ha convertido en uno de los temas de conversación más candentes del paddock. Dentro y fuera del equipo, surgen dudas sobre Stroll, dado que Alonso acapara el protagonismo en pista mientras Lance no encuentra ni confianza ni soluciones a corto plazo.
Los problemas técnicos del AMR25: degradación y falta de agarre
El equipo lucha con un coche problemático. El AMR25 adolece de varias debilidades estructurales que explican buena parte de este rendimiento dual. Sufre falta de eficiencia aerodinámica, golpeando doblemente su desempeño: lento en rectas y empeorando el desgaste de neumáticos si se reduce carga.
Aston Martin ha tenido que recurrir a trucos como “scrubbar” (rodar y enfriar) las gomas nuevas en libres para alargar su vida útil, señal de que la degradación de neumáticos en tanda larga es uno de los talones de Aquiles. El jefe Mike Krack admitió que con neumáticos nuevos en clasificación se ocultan muchos defectos, pero “en cuanto los neumáticos alcanzan 2, 3 o 4 vueltas de desgaste, los puntos débiles aumentan considerablemente”, dejando al descubierto la falta de ritmo de carrera.
Otra limitación clara es la falta de agarre y tracción en curvas lentas. Al inicio de la temporada, Alonso reconoció que “las curvas de baja velocidad probablemente eran nuestra parte más débil del circuito”. Stroll afirmó que no hay áreas fuertes, enumerando que “no somos el más rápido en curvas rápidas, ni el mejor en tracción a baja velocidad”. Aunque el paquete de Imola buscó subsanar parte de esto (rediseñando el alerón delantero), el AMR25 sigue sin generar la carga aerodinámica suficiente para mantener el ritmo de desarrollo de los rivales.
El resultado es un coche inestable al límite. “Sigue siendo difícil de pilotar al límite”, admitía Alonso. Exige compromisos de puesta a punto muy marcados, como montar alerones traseros de alta carga para paliar deficiencias de equilibrio, a costa de velocidad. Esta falta de eficacia global se refleja en un dato alarmante: Aston Martin es el equipo que menos ha mejorado sus prestaciones respecto a 2024, con una ganancia media de solo ~0,25 segundos por vuelta en las primeras cinco citas de 2025, apenas un tercio de la mejora lograda por otros. En Arabia Saudí, el AMR25 fue el único coche incapaz de batir su tiempo del año anterior.
Pilotaje: Alonso exprime, Stroll naufraga
Ante un monoplaza complicado, la diferencia de pilotaje entre Alonso y Stroll se ha acrecentado. Fernando ha conseguido adaptarse y exprimir lo poco que ofrece, incluso asumiendo riesgos extra.
En Mónaco, clasificó sexto arriesgando milimétricamente con un coche impredecible. Cuando se le preguntó si su rendimiento se debía a confianza o agallas, Alonso contestó que “más bien lo segundo”. Está compensando las carencias del coche con sus manos, algo patente en Barcelona: marcó la peor velocidad punta del fin de semana, y simulaciones indicaban que el AMR25 “no tenía un coche de top 10” en un circuito exigente con las gomas. Aun así, Fernando sacó puntos con una actuación magistral, gestionando el desgaste (incluso tras una salida de pista) y cocinando adelantamientos ingeniosos. “Cuando hay una carrera que le viene bien al coche, no puedes perder la oportunidad”, decía tras sumar esos puntos, enfatizando que tuvo que aprovechar al máximo sus habilidades porque sabe que vendrán pistas más difíciles.
Ahora mismo, Alonso se muestra “muy contento” porque al fin puede atacar con el coche, algo imposible a inicios de año. “A principios de año era un reto, muchas inconsistencias… A partir de Imola… hemos conseguido más conexión piloto-coche. Ahora puedo empujar al máximo… llevamos cuatro Q3 seguidas”. En suma, Alonso está marcando la diferencia con su talento, manteniendo a Aston Martin a flote.
En contraste, Stroll parece sobrepasado. Sus declaraciones denotan resignación: describe el coche como “lento” y con “limitaciones que nunca cambian”, vaticinando que todo seguirá igual. Esta actitud refleja que Lance no logra adaptarse al comportamiento caprichoso del AMR25. Mientras Alonso ha ajustado su estilo para lidiar con un tren trasero nervioso o la falta de velocidad punta, Stroll no encuentra sensación ni ritmo, viéndose superado por el balance inconstante. Incluso cuando Alonso percibió un paso adelante, Stroll no sintió mejora alguna en su lado del garaje. Es posible que diferencias de puesta a punto o feedback entre ambos influyan. Alonso ha orientado el desarrollo hacia solucionar los puntos flacos que él identifica (pidiendo más velocidad en recta tras Barcelona), mientras Stroll parece desconectado del proceso, enfocándose en la frustración.
El resultado es evidente en pista: Alonso suele calificar y terminar múltiples posiciones por delante, exigiendo más del coche, mientras Lance queda atrapado sin ritmo para avanzar. En síntesis, el español está sacando petróleo de una piedra, y el canadiense se está hundiendo con el barco.
Red Bull Ring: ¿alivio para Alonso o más dolores para Stroll?
De cara al GP de Austria, la gran pregunta es si las características del Red Bull Ring (potencia en rectas y curvas rápidas) jugarán a favor de Alonso o si agravarán los problemas. La pista de Spielberg es breve pero muy exigente: largas rectas en subida que demandan velocidad punta y tracción, y un segundo sector de curvas rápidas. Sobre el papel, doble desafío para el AMR25.
La falta de velocidad en recta del Aston Martin augura sufrimiento, con al menos dos enormes aceleraciones donde pueden perder mucho tiempo. El coche verde suele montar mucha ala, así que en las pendientes de Spielberg podrían verse particularmente lentos. Y las curvas de baja velocidad (T3 y T4) exigirán buena tracción; este es justo uno de los puntos flojos que Stroll lamentó (“no somos el mejor en tracción a baja velocidad”). Si el canadiense ya batalló para poner potencia al suelo, las rampas de Austria podrían acentuar esa dificultad, provocando más degradación.
Alonso podría minimizar daños en el sector de curvas rápidas gracias a su habilidad. El progreso del AMR25 en carga aerodinámica se ha notado en tramos virados. Sin embargo, incluso él reconoce que Austria será una cita complicada. “Canadá era especialmente buena para nosotros… Sabemos que vendrán carreras más duras”, advertía tras Montreal. Señalaba a Spielberg: “En Austria creo que podemos sufrir un poco más. Del próximo doblete, en Silverstone tenemos un poco más de esperanzas; tengo curiosidad por ver cómo va el coche allí, en curva rápida”.
Alonso anticipa que en el Red Bull Ring tocará defender y pescar puntos, guardando optimismo para Silverstone, un trazado que se adapta mejor (curvas rápidas, rectas menos críticas, y llegada del esperado paquete final). Para Stroll, Austria pinta más sombrío aún. “Tengo un presentimiento de que será más de lo mismo en Austria”, afirmó resignado, “el coche tiene características que nunca cambian”. Si sale en las últimas filas y el equipo no encuentra velocidad extra, es probable que se quede fuera de los puntos. El Red Bull Ring suele tener diferencias de tiempo reducidas, haciendo que cualquier carencia se pague caro en clasificación; unos pocos décimos pueden ser la diferencia entre Q3 y Q1. Y en carrera, sin velocidad punta para adelantar con DRS, Aston Martin podría verse defendiendo más de lo que ataca. La clave para Lance estará en encontrar confianza en el equilibrio del coche desde los entrenamientos. No obstante, dados sus precedentes, cualquier resultado en los puntos para él en Austria sería un logro importante.
Reconstrucción mirando a 2026
Con la temporada 2025 encaminándose a ser un aprendizaje doloroso, Aston Martin pone la vista en el medio plazo. La llegada de Adrian Newey (incorporado en marzo) se planificó pensando en el proyecto 2026, cuando habrá gran cambio de reglamento. Newey no está involucrado en el desarrollo diario del AMR25, pero su influencia se siente en la estructura técnica.
Andy Cowell (team principal) revela que Newey ha revolucionado la cultura de trabajo: identificó debilidades, fijó objetivos ambiciosos y fomentó un ambiente de colaboración, todo orientado a que Aston Martin siente las bases de un coche campeón a futuro. En lo inmediato, el equipo no quiere malgastar recursos persiguiendo un coche con techo bajo. Con las reglas nuevas en el horizonte, Aston ha dejado claro que sus esfuerzos de desarrollo se centran ya en 2026, incluso si eso significa progreso limitado en 2025.
Las próximas actualizaciones (Silverstone) serán las últimas grandes del año. Cumplen doble función: intentar reforzar rendimiento y moral, y validar nuevas herramientas e ideas de la fábrica (el túnel de viento inaugurado este año) de cara al monoplaza de la nueva era. Alonso confía en que este plan dé frutos; ha insinuado que “cree saber lo que está pasando” con el coche y que las soluciones están identificadas, aunque requieren tiempo.
Tiempo es justo lo que Aston Martin pretende comprar concentrándose en el proyecto futuro: Newey y su equipo de ingenieros de élite (varios fichados recientemente, incluso antiguos colaboradores suyos de Red Bull) tienen vía libre para diseñar desde cero un coche 2026 ganador. Newey inculca su metodología a una nueva generación de ingenieros verdes, asegurándose de que su filosofía quede integrada en la cultura técnica.
La apuesta es arriesgada pero ilusionante: sacrificando parte del rendimiento presente, pretenden dar un salto cualitativo cuando importe. Fernando Alonso, a sus 43 años en 2025, espera poder pelear arriba en la nueva era de 2026 con ese monoplaza concebido por el genio británico.
Aston Martin vive una temporada de dos caras. Alonso desafía los límites del AMR25 y mantiene vivo al equipo en el pelotón, mientras Stroll se hunde sin remedio aparente ante un coche ingrato. Las razones combinan factores técnicos –un monoplaza malnacido que degrada en exceso y carece de balance– y factores humanos –la pericia y motivación de Alonso versus la desconexión anímica de Stroll–. El Red Bull Ring probablemente seguirá evidenciando esta brecha: el asturiano buscará otra actuación heroica, y el canadiense tratará de romper su espiral negativa. A la espera de Silverstone, Aston Martin capeará el temporal austriaco sabiendo que lo mejor que puede ofrecer es que 2025 sea un año de transición. Si logran aprender y cohesionar al equipo bajo Newey, 2026 podría ser la redención. Mientras, Fernando Alonso seguirá siendo la única luz verde, con Lance Stroll tratando de no quedarse a oscuras.