
La base morenista logró frenar que el expriista Julio Durán se haga cargo formalmente de la coordinación de la tarea de afiliación en Morena, que es la labor más importante en este año “no electoral” para el partido guinda.
Resultaba ominoso suponer que un expriista, que combatió a Andrés Manuel López Obrador, estuviera a cargo de llevar ciudadanos a la grey morenista. Si bien es un consagrado “mapache” con resultados trascendentes, en la política también cuentan las formas.
La nomenklatura morenista esperó hasta el último momento para que los “morenos puros” dieran su brazo a torcer, pero este bloque mantuvo como intransitable la llegada de Durán.
Finalmente, en la nomenklatura morenista terminaron por dar cabida al veto al expriista, pero hasta ahí y no más.
Los “morenos puros” llevaron sus propuestas, pero no entraron a la sesión del Consejo.
Al estilo tradicional, Cristina Batún y las y los coordinadores distritales salieron de la “mesa” del Consejo. Es decir, serán morenistas, sí, pero de la corriente de los dóciles.
También, dentro del morenismo “fundador” prevalece la idea de que Durán, a final de cuentas, estará tras bambalinas.
Sin embargo, el bloque puro dejó un precedente y dejó en claro que ya hay más de una cancha en el juego en Morena-QR.