
Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com
Organismos internacionales como la ONU y CEPAL, y nacionales como el gobierno federal y la UNAM, han reconocido la fuerte conexión que existe entre la biodiversidad, el cambio climático y su impacto socio-económico a nivel mundial. En otras palabras, detener la pérdida de biodiversidad y fomentar su recuperación lo más pronto posible es crítico para atender el cambio climático y cambiar desigualdades sociales.
El tema de la biodiversidad ha sido motivo de ocupación de la ONU. En 1992, en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro quedó integrado el organismo conocido como Convenio para la Biodiversidad, (CBD), el cual entró en vigor en diciembre de 1993. Hoy 193 países conforman el Convenio, se les conoce como las partes. Como una iniciativa de los gobiernos se conformó en 2012 un organismo de apoyo al Convenio, pero independiente; se llamó Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa Sobre Diversidad Biológica y Servicios de Ecosistemas (IPBES en inglés). IPBES brinda a los responsables de políticas públicas de los gobiernos evaluaciones científicas objetivas sobre el estado de los conocimientos relativos a la diversidad biológica del planeta, a sus ecosistemas y a las contribuciones que aportan a las personas, así como opciones y medidas para proteger y usar de manera sostenible estos activos naturales y vitales.
IPBES ha producido varios reportes sobre el estado de la biodiversidad en el planeta, el más actual se ha consensado entre los 130 países miembros, México es uno de ellos. En la semana del 9 al 14 de diciembre se llevó a cabo en Windhoek, Namibia, la 11 sesión plenaria donde se discutió, y aprobó, el informe 2024. Quizá el mensaje más importante de esa reunión, que logró consensos importantes, se expresa en los siguientes términos: Actuar ahora podría generar 10 billones de US dólares en oportunidades de negocios y crear 395 millones de empleos para 2030. ¿Qué recomiendan? Impulsar cinco estrategias, globales pero adaptables a contextos nacionales y locales:
1) Conservar, restaurar y regenerar lugares de valor para las personas y la naturaleza que ejemplifiquen la diversidad biocultural;
2) Impulsar un cambio sistemático e integrar la biodiversidad en los sectores más responsables del declive de la naturaleza;
3) Transformar los sistemas económicos para la naturaleza y la equidad;
4) Transformar los sistemas de gobernanza para que sean inclusivos, responsables y Adaptables; y
5) Transformar las perspectivas y valores para reconocer la interconexión entre los seres humanos y la naturaleza.
Algunos datos del informe IPBES son: a) Valor anual de las industrias altamente dependientes de la naturaleza es de 13 billones de US dólares, que representan el 15 % del PIB global; b) A partir de 2021 se ha incrementado en un 55% el financiamiento público a subvenciones ambientales perjudiciales; c) La proporción de áreas protegidas y ecosistemas intactos en 87 países gestionados por o con derechos de tenencia de los Pueblos Indígenas y comunidades locales, es alrededor del 40%. Se sugiere ingresar al sitio www.ipbes.net y buscar la 11ª Sesión Plenaria, para acceder a los documentos completos.
Para atender el escenario anterior hay dos factores indispensables, la transformación de sistemas alimentarios insostenibles y la participación efectiva de poblaciones indígenas y locales.
En México se deben generar las condiciones no solo para atender el compromiso con IPBES sino para preparar un mejor futuro y enfrentar los retos actuales, incluyendo el político con el cambio de gobierno en Estados Unidos.
Es cuanto.