
Yensunni Martínez se ha convertido en el principal pasivo político de Morena en Quintana Roo.
Si bien los electores chetumaleños no manifiestan abiertamente su rechazo a la alcaldesa de la capital, Yensunni no logra salir de la franja de rechazo.
La cofundadora de Morena “ganó” por menos de un punto porcentual la reelección ante Lidia Rojas, de Movimiento Ciudadano, y, luego de seis meses de las elecciones, su nivel de aprobación está por los suelos.
Tres encuestadoras diferentes la colocan entre las alcaldesas peor evaluadas del país; incluso, en uno de los estudios aparece en el fondo.
El “librito” sugeriría darle una salida a Yensunni, pero el Alto Mando morenista ha optado por sostenerla a toda costa.
Le han dado “soluciones” como llevarle a Luis Gamero como secretario del Ayuntamiento o lanzar una intensa contraofensiva mediática, que no solo incluye frenar críticas, sino también una poco creativa guerra sucia contra sus competidores.
La realidad es que, al interior de Morena, Yensunni dejó de lado a otros cofundadores del partido, y al exterior, la ciudad sigue siendo un desastre.
Es definitivo que Yensunni no levantará, y como diría Don Teofilito, ni levantará.
Pero, en el cuatroteísmo caribeño prefieren seguir pateando la lata en la capital.