
Nadie sabe, nadie supo.
Solo se sabe que las Villas Juveniles del CREA han desaparecido.
Lo que antes era un espacio para la tan mencionada “justicia social”, ya es una realidad… pero para intereses privados.
Lo último que se supo es que el entonces gobernador Carlos Joaquín había iniciado procesos para recuperar este polígono de tres lotes, vendido por su antecesor priista, Roberto Borge, al empresario Ricardo Vega Serrador.
Pero la realidad es que el Gobierno de Quintana Roo no recuperó nada.
Tampoco se sabe qué tipo de proyecto se llevará a cabo en este predio de la Primera Etapa de la Zona Hotelera. ¿Un hotel de alta densidad? ¿Torres de 50 pisos? Misterio.
Tampoco se sabe el desenlace de las demandas civiles para recuperar los predios, ni de las denuncias penales contra los funcionarios que vendieron el patrimonio del estado.
Lo único cierto es que las Villas Juveniles del CREA ya son parte de la historia de Cancún.
Y lo que queda en el aire es la misma de siempre: la percepción de corrupción en cadena.