Francisco J. Rosado May
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Como cada año, desde 1994 cuando lo proclamó la Asamblea General de las Naciones Unidas el 23 de diciembre, este 9 de agosto se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Pasó prácticamente desapercibido para la mayoría de la población, aunque las autoridades políticas hicieron lo de cada año.
No han sido suficientes 30 años de conmemoración de este día importante. Los siguientes casos recientes así lo demuestran.
El 23 de julio, 2025, CNN publicó un artículo de Moguf y Bibi donde se señala que en un desfile de modas en Milan, algunos de los modelos de la marca Prada hicieron la pasarela usando sandalias con la característica de que el dedo gordo del pie se inserta en un anillo. Este estilo fue notado rápidamente por los observadores porque se parecía muchísimo a la sandalia tradicional que se ha usado en la India por siglos, llamados “kolhapuri” y se han usado desde el siglo 12. No pasó mucho tiempo para que Prada reconociera que su sandalia sí se inspiró en la tradición India. Por supuesto que no sería conveniente causar molestia a los clientes de lujo que en la India representan un estimado de 11,300 millones de dólares para 2028. Y lo mismo se encuentra en otras prendas de vestir, el mercado en India no puede pasar desapercibido.
Hace unos días, el 6 de agosto, Proceso sacó una nota señalando que Adidas, estaba en la mira del gobierno de Oaxaca por presunto plagio de huaraches. El 9 de agosto Reforma publicó un artículo de Suzuki señalando que Adidas solicitó una reunión con el gobernador Jara para discutir la controversia. Los huaraches de Adidas se conocen como “Oaxaca slip on”, su diseño parece provenir de las tradiciones de calzados de la comunidad de Yalalag. De acuerdo con Reforma, Adidas busca encontrar un entendimiento que honre las tradiciones culturales y establezca bases para una relación constructiva y respetuosa. No se menciona, ni de cerca, algún marco normativo internacional como el protocolo de Kyoto que podría ser usado como punto de referencia.
Si la India y Oaxaca están lejos, hace unos días en un medio social un conocido personaje entre la población Maya publicó una nota en la que señalaba que un presidente municipal en Quintana Roo hacía un reconocimiento a una “investigadora” de la cultura Maya, con apellido y apariencia extranjera, por su contribución al conocimiento del pigmento Maya de color azul genérico, que en Maya se conoce como “ch’oj”. De acuerdo con la publicación esta “investigadora” tomó talleres con el Maya que sí había hecho durante muchos años una verdadera investigación sobre cómo se logra el tono ch’oj y posteriormente se hizo pasar como la “descubridora” del proceso. La nota en el medio social tuvo muchísimas, en el orden de miles, reacciones de apoyo porque todos quienes conocemos al autor y su trayectoria no podíamos dejar pasar desapercibida esa mala acción. El 9 de agosto la investigadora y el municipio emitieron disculpas en sus redes sociales por su acción.
Han sido 30 años y todavía no hay la conciencia en gran parte de la sociedad de respeto y reconocimiento al conocimiento Indígena; no falta quien quiera aprovecharse comercialmente de ello. Una de las mejores formas en que los gobiernos podrían honrar su palabra de honrar a los Indígenas es empaparse adecuadamente de conocimiento, de ética profesional y de instrumentos normativos nacionales e internacionales, y no permitir acciones de plagio y abuso a las comunidades Indígenas, a sus conocimientos y derechos sobre ellos y a los productos genéticos derivados de siglos de domesticación de especies animales y vegetales.
¿Es mucho pedir?
Punto y aparte.
Y mientras tanto, las comunidades indígenas en José María Morelos, y seguramente en muchas otras partes, están sufriendo el mal servicio de la CFE.
Es cuanto