En un clima de creciente incertidumbre geopolítica, Venezuela ha puesto en marcha su maquinaria de defensa. El país caribeño se alista para enfrentar lo que considera una amenaza directa, intensificando las tensiones militares con Estados Unidos que marcan la agenda regional.
Preparación para la defensa territorial
El ministro de defensa venezolano, Vladimir Padrino López, afirmó este domingo que su país se prepara para luchar si Estados Unidos se atreve a «poner un pie» en su territorio. Esta declaración surge tras el despliegue de buques de guerra estadounidenses en el Caribe.
«Le digo a los imperialistas del norte: nosotros estamos preparándonos y vamos a luchar si ustedes se atreven a poner un pie en Venezuela», expresó Padrino López durante una presentación sobre las operaciones de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). El ministro aseguró que el país está preparado para hacer frente a cualquier amenaza.
Despliegue militar y lucha antidrogas
La FANB mantiene el patrullaje en sus espacios marítimos y aéreos en todo el territorio de la nación caribeña. De igual manera, el ministro Padrino manifestó que la FANB está desplegada en el país como parte de su lucha contra el narcotráfico.
En ese sentido, informó que la Fuerza Armada reforzará el despliegue de funcionarios entre los estados de Táchira y Zulia (oeste), fronterizos con Colombia. El presidente Nicolás Maduro ha ordenado un despliegue mayor de 15 mil efectivos en la zona binacional de paz número uno, que comprende los estados Táchira y el Zulia. Esto significa que se tendrá más efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana con milicianos combatientes desplegados en esa zona.
Asimismo, informó que la incautación de droga pasó de 52.769 kilos a 55.818 en los últimos días. La FANB destruyó 21 campamentos utilizados para el tráfico de droga en la zona fronteriza con Colombia, así como siete astilleros con los que se pretendía sacar la droga por vía marítima.
Escalada de la presencia militar estadounidense y acusaciones
El 19 de agosto, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó el despliegue de tres buques con cuatro mil soldados en aguas del Caribe cerca de Venezuela. Este despliegue se produce en medio de las crecientes tensiones entre Washington y Caracas.
El origen de estas tensiones se remonta al anuncio a principios de agosto por parte de la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, de una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a quien acusa de liderar un cartel de droga.
Designaciones de carteles y alerta de nuevos buques
En febrero, Estados Unidos designó a una serie de carteles de la droga como organizaciones terroristas globales, entre ellas Tren de Aragua, Cartel de Sinaloa, Cartel del Noreste, Carteles Unidos y MS-13. En tanto, el Cartel de los Soles de Venezuela entró en la lista a finales de julio.
Por su lado, el gobierno de Maduro alertó el martes sobre el envío de otros buques de guerra de Estados Unidos al Caribe. Entre ellos se encuentran el USS Lake Erie, un crucero lanzamisiles, y el USS Newport News, un submario nuclear de ataque rápido. La llegada de estos buques a las costas venezolanas está prevista para principios de la próxima semana, según ha sido confirmado por diversas fuentes internacionales.
Llamado a la ONU
Ante lo que consideró una «amenaza» de Estados Unidos en el Caribe, el gobierno de Maduro solicitó el apoyo del secretario general de la ONU, António Guterres.
Reacciones internacionales y nacionales
Más de 100 ciudades en el mundo se solidarizan con Venezuela ante las tensiones con Estados Unidos. Asimismo, se registraron protestas en Ciudad de México en rechazo a un intento de intervención de Estados Unidos en Venezuela.
El presidente Maduro ha reafirmado su postura declarando que «no hay forma de que una fuerza extranjera invada Venezuela», en un mensaje de contundencia frente a la situación.
La compleja dinámica entre Caracas y Washington parece alcanzar un nuevo pico de incertidumbre. ¿Será esta escalada militar y retórica un punto de inflexión en las relaciones bilaterales, o una contundente demostración de fuerza que redefinirá el equilibrio geopolítico regional? La respuesta está en el tenso pulso entre la soberanía y la presión internacional.
