
Una oportunidad dorada para la industria automotriz mexicana
Los autos que se ensamblan en México están a punto de recibir un impulso histórico. Así lo aseguró Marcelo Ebrard, secretario de Economía, al analizar la reciente orden ejecutiva firmada por Donald Trump que redefine las reglas del juego para el sector automotriz en Estados Unidos. El anuncio no solo cambia el panorama comercial, también ofrece a México una ventaja estratégica.
Una decisión desde Washington que favorece a México
La orden ejecutiva de Trump: ¿proteccionismo o integración?
En medio del año electoral en Estados Unidos, el expresidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que busca incentivar la producción de vehículos con componentes estadounidenses. Pero, paradójicamente, esta medida también beneficia directamente a México. ¿La razón? La profunda integración entre las industrias automotrices de ambos países.
“Los vehículos que hacemos en México tienen más componentes de EU, entonces van a recibir mayores descuentos”, explicó Marcelo Ebrard en entrevista con Bitácora de Negocios.
Esta sinergia no es nueva, pero ahora se convierte en un activo estratégico. Según datos compartidos por Ebrard, las autopartes producidas en México generan cerca de 70 mil millones de dólares al año, y son las que mayor contenido nacional tienen dentro del sector manufacturero.
Ventaja comparativa: integración regional
México y su papel clave en la cadena de suministro norteamericana
La afirmación del funcionario no es menor. Frente a otros países con plantas automotrices en Estados Unidos, México es quien más se beneficia porque ya forma parte de una red de producción altamente integrada.
“Somos los que tenemos mayor integración con EU”, subrayó Ebrard.
Esto significa que, en la práctica, los vehículos ensamblados en territorio mexicano cuentan con una proporción más alta de partes y procesos originados en Estados Unidos. Así, las nuevas políticas que buscan premiar el contenido estadounidense terminan favoreciendo, indirectamente, al sector mexicano.
Nearshoring con acento geopolítico
Una estrategia que acelera la relocalización productiva
Más allá de los beneficios inmediatos, Marcelo Ebrard dejó entrever que la nueva coyuntura geopolítica impulsa una tendencia clara: el nearshoring o relocalización de cadenas de suministro. Esta estrategia cobra fuerza en América del Norte, en parte como respuesta a tensiones comerciales con China y a la necesidad de seguridad industrial.
“Se pretende acelerar un nearshoring por razones distintas, más geopolíticas, más políticas”, advirtió el secretario.
México se convierte así en un territorio clave, no solo por su proximidad geográfica, sino por su capacidad instalada, mano de obra calificada y acuerdos comerciales vigentes como el T-MEC. La relocalización no es solo una moda, es una decisión estratégica que puede definir el futuro de la región.
Sello Hecho en México: menos burocracia, más impacto
Fomentar el consumo interno con productos de calidad
Marcelo Ebrard también aprovechó el espacio para insistir en una narrativa cada vez más relevante: consumir lo nacional. Según explicó, ya existen múltiples empresas que utilizan el sello “Hecho en México” y se están eliminando las barreras para su adopción.
“Invitar a que consumamos productos mexicanos que tienen una calidad muy destacada en todo el mundo”, reiteró.
La estrategia, según el funcionario, busca reducir la dependencia de importaciones, particularmente de países que han incrementado su participación en el mercado mexicano en los últimos años. El objetivo es claro: fortalecer la industria nacional y generar un círculo virtuoso de consumo, producción y empleo local.
Reforma a la Ley de Telecomunicaciones: piso parejo para competir
Nuevas reglas para evitar monopolios y beneficiar al consumidor
Además del tema automotriz, Ebrard abordó otra iniciativa clave: la reforma a la Ley de Telecomunicaciones. Según explicó, se trata de una propuesta impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum que ya fue enviada al Senado.
“Se busca evitar prácticas monopólicas alusivas […] muy similar a la que vas a ver en Europa, Estados Unidos y otros países socios de México”.
Con esta propuesta, se pretende crear un entorno competitivo más justo, donde el consumidor sea el principal beneficiado. Aunque aún debe discutirse en el Congreso, el enfoque es alinear a México con estándares internacionales en regulación económica.
Un impulso para el sureste mexicano
¿Yucatán y Quintana Roo se benefician?
Aunque Ebrard no mencionó regiones específicas, el impacto de estas políticas podría sentirse especialmente en zonas como el sureste mexicano. Estados como Yucatán, con su creciente desarrollo industrial y logístico, o Quintana Roo, en proceso de diversificación económica, están en posición de atraer inversiones ligadas al nearshoring.
El reto será que las autoridades locales, junto con la federación, generen condiciones adecuadas para captar ese flujo. Infraestructura, seguridad jurídica y políticas de estímulo serán clave para que los beneficios lleguen más allá del centro del país.
México ante una ventana de oportunidad
La reciente orden ejecutiva de Donald Trump, lejos de cerrarle puertas a México, abre una oportunidad estratégica para su industria automotriz. La alta integración con Estados Unidos, sumada a una coyuntura geopolítica favorable al nearshoring, posiciona al país como un socio clave en el nuevo mapa de la producción global.
A eso se suma una narrativa interna que busca reforzar el consumo de lo hecho en México y una reforma en telecomunicaciones que alinea al país con los estándares internacionales. En conjunto, estos elementos configuran una visión más competitiva y soberana para la economía nacional.
El momento es ahora. México tiene frente a sí la posibilidad de redefinir su papel en la economía regional. La pregunta es si sabrá capitalizarlo con visión de Estado.