
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha interpuesto una denuncia formal tras los severos daños perpetrados en sus instalaciones del Centro Cultural Universitario. Este lunes, la institución capitalina inició acciones legales por los daños UNAM causados por embozados que irrumpieron en el campus.
Formalización de la denuncia y el alcance del ataque
Después del mediodía de este lunes, 21 de julio de 2025, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó la denuncia formal ante la agencia del Ministerio Público de la territorial II de Coyoacán. La acción legal se interpuso por los daños que causaron los embozados a diversas instalaciones del Centro Cultural Universitario de esta casa de estudios.
El incidente tuvo lugar el pasado domingo, cuando personas con los rostros cubiertos y vestidas de negro abandonaron una marcha contra la gentrificación. Esta movilización se llevaba a cabo en el sur de la Ciudad de México, y los atacantes se dirigieron hacia las instalaciones de la universidad nacional cercanas a la avenida Insurgentes.
Inventario de las afectaciones en Ciudad Universitaria
Tras una evaluación inicial de las afectaciones, las autoridades universitarias confirmaron la magnitud de los actos violentos. Estos dejaron una huella destructiva en puntos clave del patrimonio cultural y educativo de la institución:
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- Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC): Se reportaron cristales y el barandal rotos.
- Biblioteca Julio Torri: Sufrió el saqueo de libros y la destrucción de mobiliario.
- Escultura monumental “La Espiga” de Rufino Tamayo: Se registraron afectaciones en la obra ubicada en la explanada principal del Centro Cultural Universitario de Ciudad Universitaria.
La institución continúa con la evaluación de los daños menores, a fin de hacer un balance de los costos adicionales ocasionados por los embozados.
La UNAM reitera su compromiso con la libertad, pero no con la violencia
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Luego de estos actos violentos, la UNAM reiteró su vocación inquebrantable como un espacio de libertad, pluralidad y defensa de los derechos de expresión y manifestación pacífica. Sin embargo, en un comunicado oficial, La máxima casa de estudios aseveró enfáticamente que “nunca compartirá la violencia, la agresión y la intolerancia como vías de expresión”.
Estos lamentables sucesos reafirman la delgada línea entre la legítima expresión social y los actos vandálicos que socavan la integridad de las instituciones públicas. La UNAM, bastión del pensamiento crítico, se enfrenta al desafío de proteger su patrimonio mientras defiende los principios que la definen. ¿Cómo garantizar que la protesta social no termine por destruir aquello que busca transformar?