
Jair Bolsonaro, el expresidente brasileño, enfrenta un ultimátum de 24 horas del Supremo Tribunal Federal. La Corte Suprema le advierte de prisión inmediata si no explica el incumplimiento de la prohibición de usar redes sociales. La escalada judicial centra la atención en las medidas cautelares que pesan sobre el ultraderechista.
La tensión judicial se intensifica: Ultimátum a Bolsonaro
Brasilia, 22 de julio de 2025. Un juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Alexandre de Moraes, ha otorgado un plazo de 24 horas a los abogados del expresidente Jair Bolsonaro para que expliquen el “incumplimiento” de la prohibición de manifestarse en redes sociales. La advertencia es contundente: “bajo pena de decretar su prisión inmediata”, según un documento judicial al que se tuvo acceso este lunes.
Bolsonaro, quien fue presidente entre 2019 y 2022 y está obligado a usar una tobillera electrónica y cumplir otras medidas cautelares por una investigación de presunta obstrucción a la justicia, realizó declaraciones a los medios este lunes. Estas intervenciones fueron rápidamente replicadas en plataformas digitales, lo que motivó la dura advertencia judicial.
Infracción directa y desafío a la autoridad judicial
En su despacho, el juez de Moraes exhibió publicaciones de cuentas en X, Instagram y Facebook que contenían videos, imágenes y texto de la intervención de Bolsonaro ante periodistas en el Congreso. Según el magistrado, el ex mandatario, de 70 años, “muestra el dispositivo de vigilancia electrónica, pronunciando un discurso para ser mostrado en las plataformas digitales”.
El juez ha sido explícito en su exigencia: llamó a los abogados de Bolsonaro a prestar “esclarecimientos en un plazo de 24 horas sobre el incumplimiento de las medidas cautelares impuestas, bajo pena de decretar su prisión inmediata”.
Previamente, en una decisión emitida el mismo lunes, Moraes había advertido que cualquier difusión de intervenciones públicas de Bolsonaro en las plataformas constituiría una violación directa de las medidas impuestas, lo que podría acarrear su detención. Sin embargo, el líder de la derecha y la extrema derecha brasileña se plantó ante las cámaras para denunciar lo que considera un acto de “cobardía” en su contra.
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Acusaciones de obstrucción y medidas cautelares
La semana pasada, el juez Moraes acusó a Bolsonaro de incitar “actos hostiles” de Estados Unidos contra Brasil. Este presunto intento de obstrucción se enmarca en el juicio que el expresidente enfrenta en la Corte Suprema por una supuesta intentona golpista ocurrida en 2022.
Además de la tobillera electrónica y la prohibición de usar redes sociales, el juez ha ordenado al exmandatario no acercarse a embajadas o autoridades de otros países, buscando limitar cualquier influencia externa o coordinación que pueda afectar el proceso judicial en curso.
Congelación de bienes e injerencia internacional en el círculo bolsonarista
La ofensiva judicial no se limita al expresidente. El juez de Moraes también ha ordenado la congelación de todos los bienes muebles e inmuebles, así como las cuentas del diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro.
Según la televisora CNN Brasil, esta decisión se emitió el sábado y forma parte de la investigación sobre las actividades del congresista en Estados Unidos. Hasta la fecha, el parlamentario tiene prohibido recibir o enviar dinero, y su salario en la Cámara de Diputados será retenido de su cuenta.
La estrategia en Estados Unidos y la respuesta de Donald Trump
Eduardo Bolsonaro se apartó en marzo de su cargo de diputado y se mudó a Estados Unidos. Allí, ha llevado adelante una campaña con el objetivo de que el gobierno de Donald Trump interceda a favor de su padre. Su licencia de mandato, que duró 120 días, concluyó el domingo.
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La presión internacional se hizo patente con las declaraciones de Donald Trump, quien anunció Aranceles del 50 por ciento para las exportaciones brasileñas a partir de agosto. Trump justificó esta medida como respuesta a lo que considera una “caza de brujas” contra Bolsonaro, exigiendo que Brasil “cambie de rumbo” y “deje de atacar” al ultraderechista.
Para el juez Moraes, tanto Jair Bolsonaro como su hijo buscan “someter el funcionamiento de la corte suprema (de Brasil) a Estados Unidos”, una grave acusación que subraya la dimensión geopolítica del conflicto judicial.
La escalada de medidas judiciales contra Jair Bolsonaro y su círculo más cercano, combinada con la manifiesta injerencia de figuras internacionales, dibuja un escenario de alta tensión en la política brasileña. La pregunta ineludible es si la advertencia de prisión inmediata marcará un punto de inflexión en la pugna entre el poder judicial y el bolsonarismo, o si, por el contrario, esta confrontación escalará hacia derroteros impredecibles para la estabilidad democrática de la nación sudamericana.