La Unión Europea (UE) ha formalizado este viernes la aprobación de su decimoctavo paquete de medidas restrictivas contra Rusia, una escalada en la presión económica que busca limitar los recursos del Kremlin para la guerra en Ucrania. La principal acción de este nuevo paquete es la drástica reducción del precio máximo del petróleo ruso que puede ser exportado.
La nueva embestida económica de la UE contra Rusia
La Unión Europea (UE) acordó este viernes su decimoctavo paquete de sanciones contra Rusia, una medida que incluye una reducción del precio máximo del petróleo ruso que puede ser exportado, según informaron fuentes oficiales. Este conjunto de medidas restrictivas fue pactado con la esperanza de que Estados Unidos se sume próximamente, en una tentativa de forzar a Rusia a hacer concesiones y aceptar negociar el fin del Conflicto.
Estos paquetes de sanciones comenzaron a ser adoptados por la UE poco después del inicio de la invasión rusa a Ucrania en 2023. Desde entonces, el bloque ha sumado restricciones e insiste en su eficacia. De acuerdo con una declaración distribuida por el equipo de Kallas, «cada sanción debilita la capacidad de Rusia para hacer la guerra. El mensaje es claro: Europa no retrocederá en su apoyo a Ucrania».
Reacciones y el impacto esperado
Las reacciones ante la nueva batería de sanciones no se han hecho esperar. Kaja Kallas, jefa de la diplomacia de la UE, celebró en la red social X que «la UE acaba de aprobar uno de los paquetes de sanciones más duras contra Rusia». Por su parte, el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, aplaudió la decisión en sus redes sociales, calificándola de «esencial y oportuna» ante la intensificación de la brutalidad de los ataques rusos.
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Desde Alemania, el jefe de gobierno, Friedrich Merz, enfatizó que estas medidas «mantienen la presión sobre Rusia». El ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Noel Barrot, calificó el conjunto de medidas de «sin precedentes», afirmando que «junto con Estados Unidos vamos a forzar a Vladimir Putin a un cese del fuego» en Ucrania.
En contraste, el gobierno ruso ha calificado las nuevas sanciones de «contraproducentes». Dmitri Peskov, vocero del gobierno ruso, advirtió que «cada paquete añade un efecto negativo para los países que se unen» a estas acciones. Aseguró, además, que las medidas serán analizadas con el fin de «minimizar las consecuencias» para la Federación Rusa.
El tope al petróleo y la «flota fantasma»
El nuevo conjunto de medidas determina una reducción en los precios máximos al petróleo ruso exportado a terceros países de todo el mundo, a un 15 por ciento por debajo del valor de mercado. Ese tope es una iniciativa del G7 destinada a limitar la cantidad de dinero que Rusia obtiene exportando petróleo. El G7 ya implementó un tope en el precio al petróleo ruso de unos 60 dólares por barril, y la tendencia ahora es rebajar ese máximo a unos 48 dólares.
Con este nuevo paquete de medidas restrictivas, la UE añadió unos 70 navíos a la lista de sanciones por pertenecer a la denominada «flota fantasma», utilizada por Rusia para eludir restricciones adoptadas previamente. Así, el número de buques incluidos en la lista de sanciones ya asciende a 419. Esa «flota fantasma», compuesta a menudo por buques obsoletos y no registrados, opera principalmente en el mar Báltico y con tripulaciones sin experiencia.
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Las negociaciones sobre este decimoctavo paquete se habían estrellado hasta ahora con la oposición de Eslovaquia, por temor a los efectos internos que tendrían dichas medidas. Sin embargo, ese país recibió garantías de la UE, lo que permitió su aprobación.
La UE mantiene su postura inquebrantable, pero ¿serán estas nuevas y más duras sanciones suficientes para doblegar la voluntad de Rusia y llevar a Vladimir Putin a la mesa de negociaciones para un cese del fuego definitivo?
