
Harvard desafía a Trump: la batalla por la libertad académica
En una jugada que sacudió a las principales universidades del mundo, la Universidad de Harvard logró frenar temporalmente el intento del gobierno de Donald Trump de expulsar a miles de estudiantes internacionales. La decisión judicial marca un nuevo capítulo en la creciente tensión entre la academia y el poder federal estadounidense, con implicaciones que cruzan fronteras.
El conflicto: libertad académica bajo ataque
El intento de revocar la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP) por parte de la administración Trump no fue un hecho aislado. Fue la culminación de una serie de ataques dirigidos contra Harvard, que desde la Casa Blanca se percibe como un bastión de resistencia ideológica.
¿Qué intentaba hacer Trump?
La medida prohibía que estudiantes extranjeros —más de 7 mil en Harvard— continuaran sus estudios si sus clases eran exclusivamente en línea, algo que muchas universidades adoptaron por la pandemia. Esto afectaba directamente a alumnos con visas F-1 y M-1, quienes podían ser deportados si no se inscribían en cursos presenciales, incluso cuando sus instituciones no los ofrecían.
La respuesta de Harvard
El rector Alan Garber denunció que la revocación fue una represalia directa por no ceder a presiones políticas. En una carta a la comunidad académica, afirmó que se trataba de un intento de someter la independencia educativa al control del gobierno federal. “Tendrá un efecto devastador inmediato para la institución y para más de 7 mil titulares de visas”, alertó.
La decisión judicial: un freno al autoritarismo educativo
La jueza Allison Burroughs, del Tribunal de Distrito de Massachusetts, emitió una orden clara: el gobierno federal no podrá implementar la medida hasta que se celebre una audiencia preliminar. Esta decisión garantiza temporalmente que los estudiantes internacionales de Harvard puedan continuar sus estudios sin temor a represalias migratorias.
El litigio: nombres clave
El litigio no solo señala al expresidente Trump, sino también a varios altos funcionarios de su administración:
- Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional
- Todd Lyons, director en funciones de ICE
- Pam Bondi, fiscal general
- Marco Rubio, secretario de Estado en funciones
Esta ofensiva legal busca frenar una política que muchos califican como discriminatoria, punitiva y xenofóbica.
China y Hong Kong: solidaridad académica internacional
Ante el intento de veto, el gobierno chino respondió con dureza. Señaló que las políticas migratorias de Trump deterioran la reputación internacional de las universidades estadounidenses. En un gesto de solidaridad, las universidades de la Ciudad de Hong Kong y la de Ciencia y Tecnología ofrecieron plazas a los estudiantes internacionales admitidos en Harvard.
¿Quiénes son los más afectados?
De los 6,703 estudiantes internacionales matriculados en Harvard en 2024:
- 1,203 provienen de China
- 788 de India
Ambas naciones representan una base clave de la población internacional en las universidades de élite de EE.UU. La medida hubiera golpeado directamente sus aspiraciones académicas y profesionales.
Más allá de Harvard: el caso Columbia y el antisemitismo
El conflicto entre el gobierno de Trump y las universidades no termina en Harvard. Columbia también se encuentra en la mira. La administración la acusó de permitir un ambiente “de antisemitismo desenfrenado”, lo cual, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos, violaría el Título VI de la Ley de Derechos Civiles.
¿Qué dice la ley?
El Título VI prohíbe a los beneficiarios de fondos federales discriminar por raza, color u origen nacional. La administración Trump argumenta que esto incluye actos percibidos como discriminación hacia personas de ascendencia israelí o judía.
El caso de Mahmoud Khalil
En paralelo, Mahmoud Khalil, activista propalestino detenido hace más de dos meses por manifestarse en Columbia, pudo abrazar a su hijo recién nacido antes de una audiencia migratoria clave. Su situación se entrelaza con la narrativa de represión a la libre expresión estudiantil en EE.UU.
Un precedente para la educación internacional
La decisión de la jueza Burroughs puede convertirse en un precedente decisivo. No solo garantiza, por ahora, la permanencia de miles de estudiantes, sino que reaviva el debate sobre la independencia académica, la autonomía universitaria y el papel de las universidades como espacios de resistencia democrática.
Harvard y su rol global
Harvard no es solo un símbolo de excelencia académica: también representa una visión del mundo basada en la inclusión, la libertad intelectual y la cooperación internacional. El intento de silenciarla y castigarla por no alinearse con intereses políticos erosiona la confianza en las instituciones estadounidenses.
Entre fronteras, leyes y libertades
Este episodio es más que una disputa entre Harvard y Trump. Es una advertencia sobre cómo los gobiernos pueden instrumentalizar políticas migratorias para doblegar la autonomía de las instituciones. La batalla legal apenas comienza, pero la comunidad internacional ya tomó nota.
La educación no puede ser rehén de agendas ideológicas. Y cuando una universidad defiende su independencia, defiende también el derecho de miles de jóvenes a imaginar un futuro sin fronteras impuestas por el miedo.