
El presidente Donald Trump emitió comentarios contundentes sobre el conflicto entre Israel e Irán el martes, indicando que Estados Unidos conoce la ubicación del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, y evaluando posibles cursos de acción. Este análisis se basa estrictamente en la información proporcionada.
Posición de Trump sobre el líder supremo de Irán
Observamos que el presidente Donald Trump declaró el martes que Estados Unidos tiene conocimiento preciso sobre el paradero del ayatolá Alí Jamenei, a quien llamó el “Líder Supremo”. A través de una publicación en redes sociales, Trump afirmó que Jamenei “es un blanco fácil, pero está seguro allí”, añadiendo que no lo eliminarían “al menos no por ahora”. Subrayó que la paciencia de Estados Unidos se está agotando ante “misiles disparados a civiles o soldados estadounidenses”.
Estos comentarios se produjeron después de que Trump instara a los residentes de Teherán a “huir por sus vidas”. Poco después de sus declaraciones sobre Jamenei, Trump también mencionó en una publicación separada el “control total” de los cielos sobre Teherán.
Rechazo previo a plan israelí y contexto del conflicto
Tras investigar el texto proporcionado, analizamos que en los primeros días del conflicto, Trump rechazó un plan de Israel para eliminar al ayatolá Alí Jamenei. Según un funcionario estadounidense familiarizado con el asunto que habló bajo condición de anonimato, los israelíes habían presentado un plan creíble al gobierno de Trump. Sin embargo, los funcionarios de la Casa Blanca informaron a los israelíes que Trump se oponía a esta acción, preocupados por el potencial de “inflamar el conflicto y potencialmente desestabilizar la región”.
El conflicto, que llevaba cinco días de escalada, ha implicado “ataques con misiles” por parte de Israel que, según el texto, han causado “daño considerable a Irán”. Israel cree que puede asestar un golpe permanente al “programa nuclear” de Irán si recibe ayuda adicional.
Regreso de Trump y postura sobre negociación y ayuda
Trump regresó a la Casa Blanca el martes temprano, acortando su visita a una cumbre internacional para atender conversaciones urgentes con su equipo de seguridad nacional sobre la crisis en Oriente Medio. Expresó frustración con los líderes iraníes por no alcanzar un acuerdo, buscando ahora “un verdadero fin” al conflicto y una “rendición completa” del programa nuclear de Teherán.
En declaraciones a periodistas en el Air Force One, afirmó: “Deberían haber hecho el trato. Les dije, ‘Hagan el trato'”. Añadió: “No estoy muy dispuesto a negociar”.
El texto indica que una mayor participación estadounidense, como proveer a los israelíes “bombas rompe-búnker” o “otro apoyo militar directo”, conlleva un “enorme riesgo político para Trump”. Irán insiste en que su programa nuclear es pacífico, y las agencias de inteligencia estadounidenses han evaluado que Teherán “no está persiguiendo activamente una bomba”. Trump, tras una reunión en la Sala de Crisis el martes por la tarde, parece estar construyendo el caso público para un papel estadounidense más directo, coincidiendo con el reposicionamiento de “buques de guerra y aviones militares” en la región.
Otros actores y opiniones divergentes
El Departamento de Estado creó un grupo de trabajo especial para ayudar a los estadounidenses que buscan salir de Israel y otros países de Oriente Medio. No hay “evacuaciones gubernamentales” planeadas.
En relación con el programa nuclear, Trump desestimó declaraciones de la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard, quien afirmó en marzo que las agencias de espionaje no creían que Irán estuviera construyendo un arma nuclear. Trump declaró: “No me importa lo que ella dijo”, creyendo que estaban “muy cerca de tenerla”. Gabbard culpó a los medios por tergiversar su testimonio.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha indicado que el bombardeo israelí continuará hasta que “el programa nuclear de Irán y los misiles balísticos sean destruidos”. Israel ha atacado múltiples sitios nucleares, pero no ha destruido la instalación de enriquecimiento de uranio de Fordo, la cual está enterrada y podría requerir el “GBU-57 Massive Ordnance Penetrator” y un bombardero B-2, que Israel no posee.
Dentro de los partidarios de Trump, existen “preocupaciones sobre hasta dónde debería llegar el presidente en su apoyo a Israel”. Tucker Carlson, la representante Marjorie Taylor Greene de Georgia y el fundador de Turning Point USA, Charlie Kirk, han sugerido que una mayor participación sería una traición a la promesa de Trump de “poner fin a la participación del país en guerras costosas e interminables”. Trump respondió a Carlson en redes sociales.
El vicepresidente JD Vance defendió el enfoque de Trump en una publicación en X, argumentando que Trump ha sido consistente en que “Irán no puede tener enriquecimiento de uranio” y que esto ocurriría “la manera fácil o la ‘otra’ manera”. Sin embargo, el senador republicano por Carolina del Sur Lindsey Graham pide a Trump “ir con todo” para destruir el programa nuclear de Irán.
El conflicto entre Israel e Irán, con la intervención declarativa y las consideraciones estratégicas de Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, presenta un panorama complejo con posiciones divergentes tanto a nivel internacional como dentro de la política interna estadounidense. La situación, marcada por la escalada y la evaluación de opciones militares y diplomáticas, subraya la tensión en la región.