
“El pueblo necesita tasas más bajas. Y si quiero sacar a Powell, lo haré rápido, créanme”. Así, Donald Trump desató una nueva tormenta política y económica en Estados Unidos.
La reciente arremetida del expresidente contra Jerome Powell, titular de la Reserva Federal (Fed), reaviva tensiones sobre la independencia del banco central, justo cuando se avecina una nueva contienda electoral.
Trump vs Powell: una relación explosiva que se reactiva
Un conflicto que viene de años atrás
La relación entre Donald Trump y Jerome Powell ha estado marcada por choques constantes. Aunque fue el propio Trump quien lo nombró como presidente de la Fed en 2018, su frustración con Powell ha sido pública y reiterada.
Ahora, el republicano vuelve a atacarlo, acusándolo de “jugar a la política” al negarse a reducir las tasas de interés.
En una serie de publicaciones en Truth Social, Trump no sólo calificó de “desastre” el discurso más reciente de Powell, sino que aseguró que podría destituirlo “muy rápido”. Esta amenaza directa generó reacciones inmediatas en Washington y en los mercados financieros.
¿Puede Trump realmente destituir al presidente de la Fed?
Técnicamente, el presidente de Estados Unidos no tiene la facultad de remover libremente al titular de la Reserva Federal, un cargo que requiere confirmación del Senado y cuya duración es de cuatro años.
Powell fue ratificado por Joe Biden y su mandato concluye en mayo de 2026. Su salida anticipada sólo sería posible mediante una causa justificada y un proceso legal complejo.
Sin embargo, el simple hecho de que Trump haya planteado esa posibilidad ya genera inquietud en los mercados y cuestionamientos sobre el respeto a la independencia de instituciones clave.
La reacción institucional: defensa de la Fed y advertencias internas
La respuesta de Powell: firmeza ante la presión política
Durante un evento en el Club Económico de Chicago, Jerome Powell defendió abiertamente la autonomía de la Fed. Aseguró que existe un amplio consenso en Washington sobre la importancia de que el banco central fije su política monetaria sin interferencias políticas.
Su discurso, aplaudido por economistas y legisladores, buscó contrarrestar la narrativa de Trump y reafirmar el compromiso con la estabilidad económica.
Preocupación en el Tesoro y el entorno financiero
Según reportó el medio Politico, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha estado alertando a la Casa Blanca sobre los riesgos de intentar destituir a Powell.
Una acción de ese tipo podría desatar una ola de incertidumbre financiera, debilitar el dólar y generar nerviosismo entre inversionistas nacionales e internacionales.
La advertencia se enmarca en una coyuntura global compleja, con tensiones comerciales impulsadas por el propio Trump y una economía que da señales mixtas de crecimiento.
Impacto económico y electoral de la disputa
¿Por qué Trump quiere tasas más bajas?
La exigencia de Trump de recortar las tasas de interés tiene una motivación política evidente: estimular la economía en año electoral. Tasas más bajas favorecen el consumo, la inversión y el acceso al crédito, lo cual puede traducirse en un crecimiento del PIB a corto plazo. Sin embargo, también aumentan los riesgos inflacionarios.
Powell, por su parte, advirtió que los aranceles propuestos por Trump podrían elevar los precios y desacelerar el crecimiento, lo cual exige una política monetaria más prudente, no más laxa.
El mensaje para los votantes
Trump busca presentarse nuevamente como un líder que presiona por una economía dinámica, desafiando a las élites tecnocráticas. Al convertir a Powell en blanco de sus ataques, refuerza su narrativa de outsider que enfrenta al “sistema”.
Pero esta estrategia también puede ser contraproducente: pone en duda su respeto por las instituciones independientes y puede generar inseguridad entre votantes moderados.
Contexto global: señales de alarma desde el FMI
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, advirtió que la guerra comercial impulsada por Trump está debilitando las perspectivas de crecimiento global. En este escenario, afirmó, los bancos centrales deben actuar con agilidad y credibilidad.
El ataque de Trump a Powell va en sentido contrario: mina la credibilidad de la Fed, justo cuando el mundo necesita confianza y estabilidad. En lugar de reforzar la autonomía del banco central, la amenaza de destitución reabre temores sobre el uso político de la política monetaria.
La batalla por el 2026 ya comenzó
Aunque Powell ha reiterado que no piensa renunciar antes de mayo de 2026, Trump parece decidido a convertirlo en un símbolo de lo que, según él, está mal en la conducción económica actual. Su ofensiva anticipa un escenario de confrontación institucional si vuelve al poder.
En paralelo, crece la expectativa sobre qué hará el Congreso si Trump insiste en socavar la independencia de la Fed. Algunos senadores ya han manifestado su respaldo a Powell, y podrían convertirse en un dique de contención ante eventuales abusos del Ejecutivo.
Una señal preocupante para la democracia institucional
La embestida de Trump contra Jerome Powell no es un simple berrinche político. Es un movimiento calculado que busca moldear el escenario económico a su favor, aun a costa de la credibilidad institucional.
En un momento donde la economía estadounidense enfrenta múltiples desafíos —inflación, desaceleración global, tensión comercial—, este tipo de ataques debilita más de lo que fortalece.
El futuro de la Reserva Federal y su independencia será un tema crucial en la próxima elección. Pero más allá de la disputa entre dos figuras, lo que está en juego es la estabilidad de uno de los pilares del sistema democrático estadounidense.