
La tensión entre Trump y la Fed llega a un nuevo punto crítico
El conflicto entre el expresidente Donald Trump y Jerome Powell, titular de la Reserva Federal, revive el debate sobre la independencia del banco central. Trump insinúa su posible destitución, mientras la economía enfrenta presiones crecientes.
Un ataque frontal desde las redes: Trump vuelve a presionar a la Fed
Desde hace años, Donald Trump ha expresado su frustración con las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal. Pero esta vez, sus palabras tomaron un tono más alarmante: “¡La destitución de Powell no puede llegar lo suficientemente rápido!”, escribió en redes sociales.
La declaración ocurre en un contexto económico tenso, marcado por la caída de los mercados, la incertidumbre política y una pugna por el control de la narrativa económica rumbo a las elecciones de 2024.
¿Quién es Jerome Powell y por qué incomoda a Trump?
Jerome Powell fue nominado por el propio Trump en 2017 como presidente de la Reserva Federal. Sin embargo, sus decisiones autónomas, alejadas de las prioridades políticas del mandatario, pronto lo convirtieron en blanco de críticas. Ya en 2019, Trump lo había calificado como “una gran decepción”.
Powell se ha mantenido firme en que la Fed no debe ceder a presiones políticas. En su intervención reciente en el Club Económico de Chicago, reafirmó que su mandato es velar por la estabilidad de precios y el empleo, no complacer exigencias partidistas.
“Nunca vamos a ser influenciados por ninguna presión política”, dijo Powell. “Nuestra independencia es una cuestión de ley”.
El trasfondo legal: ¿Puede un presidente destituir al jefe de la Fed?
Un precedente judicial que podría redefinir la autonomía institucional
En paralelo al embate mediático, avanza en la Corte Suprema un caso clave que podría determinar si un presidente puede despedir a los líderes de agencias independientes como la Fed.
Aunque Powell afirma que su cargo está protegido legalmente y que “no puede ser removido excepto por causa”, el desenlace legal podría abrir una peligrosa puerta a la politización de la política monetaria.
Este conflicto legal no es menor: de resolverse a favor del Ejecutivo, sentaría un precedente para el control presidencial sobre órganos autónomos, debilitando uno de los contrapesos más importantes del sistema financiero estadounidense.
Aranceles, mercados y presiones: el caldo de cultivo del conflicto
El efecto dominó de las decisiones comerciales de Trump
Trump ha justificado su presión a la Fed con el argumento de que los aranceles han enriquecido al país. No obstante, los analistas no comparten su optimismo.
Krishna Guha, del banco de inversión Evercore ISI, advirtió que la sola amenaza a la independencia de la Fed puede desatar “un estrés de mercado significativo”.
Las políticas arancelarias agresivas de Trump, incluyendo un arancel del 145% a China, ya han provocado retrocesos bursátiles y señales de posible recesión.
Impacto directo en los hogares estadounidenses
El Laboratorio de Presupuesto de Yale calculó que las presiones inflacionarias derivadas de los aranceles podrían costarle al hogar promedio hasta 4 mil 900 dólares al año, un golpe duro para la clase media.
Mientras tanto, encuestas recientes reflejan un creciente pesimismo entre los consumidores respecto a sus perspectivas laborales.
La Fed, entre la espada de la política y la pared de la economía
Una economía más frágil, una política más agresiva
Powell se enfrenta a un escenario complejo: por un lado, la inflación aún elevada limita el margen de maniobra para bajar tasas; por otro, el crecimiento económico se desacelera, elevando el riesgo de estanflación.
Este entorno obliga a la Reserva Federal a caminar sobre una cuerda floja, balanceando su mandato dual con presiones externas cada vez más intensas. Para Trump, sin embargo, Powell representa un obstáculo político más que un actor técnico.
¿Qué está en juego?
La independencia de la Fed como pilar democrático
Desde su fundación, la Reserva Federal ha operado como un organismo autónomo, precisamente para evitar que los ciclos políticos distorsionen las decisiones económicas.
La posibilidad de que un presidente pueda remover a su presidente representa una amenaza real a esa tradición.
Si Trump logra imponer una narrativa en la que Powell es responsable de una posible recesión, no solo desplaza la culpa de sus propias decisiones, sino que abre la puerta a futuras intervenciones autoritarias en órganos técnicos.
“Si te gustó la debacle de los mercados por los aranceles, te encantará la venta de acciones con la pérdida de independencia de la Fed”, advirtió Guha.
Una jugada electoral peligrosa
Trump busca control total del tablero económico
El ataque a Powell no es un hecho aislado. Se inscribe en una estrategia más amplia de Trump por consolidar su poder de cara a un nuevo intento presidencial.
Controlar o debilitar a la Fed podría permitirle dirigir la narrativa económica, maquillar cifras o influir en decisiones clave sobre tasas de interés en un año electoral.
Pero el costo institucional podría ser inmenso. La confianza en el sistema financiero y en sus instituciones depende, en gran medida, de la percepción de autonomía y estabilidad.
El futuro de la Fed, ¿en manos de la política?
Lo que comenzó como una queja habitual de Trump se ha convertido en una amenaza explícita a la autonomía del banco central más influyente del mundo.
La tensión entre la Reserva Federal y el poder político pone en juego no solo decisiones de política monetaria, sino los principios democráticos que las sustentan.