
Redacción
CIUDAD DE MÉXICO.-Con el funcionamiento del Tren Maya, los servicios ecosistémicos de la Península de Yucatán disminuirán en las próximas décadas; el crecimiento urbano y turístico implicarán una mayor demanda de recursos, aumentarán los niveles de contaminación, disminuirán las poblaciones de polinizadores y se acrecentará la vulnerabilidad del territorio frente al cambio climático.
A estas conclusiones llegan los peritajes realizados por investigadores en conservación biológica y restauración ecológica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que fueron presentados por la organización Territorios Diversos para la Vida (TerraVida), como parte del amparo promovido por pueblos y comunidades indígenas, habitantes de la península de Yucatán y organizaciones de la sociedad civil, y cuya audiencia constitucional se celebrará el próximo 4 de junio.
Entre las principales consecuencias previstas para 2030 y 2050, destaca el tema de la fragmentación de ecosistemas.
Con la realización de los primeros trazos para construir las 34 estaciones del megaproyecto Tren Maya, el hábitat de fauna característica de la Península de Yucatán -como jaguares y tapires- quedó dividido, lo que afecta gravemente la calidad de vida de las especies.
El Tren Maya fragmentó y aisló a las poblaciones de la selva maya desde su construcción; como consecuencia, el ecosistema perderá paulatinamente flor y fauna, y afectará la conectividad entre las poblaciones características de la Península de Yucatán.
Estudios científicos han demostrado que fragmentar un ecosistema conlleva la pérdida de hábitat para las especies de flora y fauna, y afecta la conectividad entre las poblaciones.
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De acuerdo con los peritajes presentados por TerraVida, la degradación de la calidad del hábitat disminuirá la provisión de servicios ecosistémicos en la selva; entonces, las vulnerabilidades ante el cambio climático y la presión en la demanda de recursos comenzarán a hacerse presentes.
Pese a que el territorio del sureste ha experimentado los efectos de un deficiente ordenamiento territorial, particularmente desde la proliferación de construcciones inmobiliarias y turísticas en ciudades como Cancún y Tulum, estas experiencias no fueron tomadas en cuenta para prever el impacto negativo que podría ocasionar la falta de planeación en la construcción del megaproyecto ferroviario Tren Maya.
Luis Zambrano González, especialista desde hace más de 20 años en humedales, ecosistemas acuáticos y restauración en el Instituto de Biología de la UNAM, se encargó de liderar el peritaje dirigido a explicar cómo podría ocurrir la disminución de los servicios ecosistémicos con y sin Tren Maya.
En el peritaje, el investigador advierte que los servicios ecosistémicos en la península estarán bajo presión debido a factores como el crecimiento poblacional, el cambio en el uso del suelo, la pérdida de biodiversidad, la expansión urbana, la fragmentación de los ecosistemas, la erosión, la alteración de los flujos de agua, la producción de alimentos, la vulnerabilidad ante eventos extremos causados por el cambio climático y el aumento en la liberación de CO2.
Los peritajes también indican que la construcción del Tren Maya y el consecuente cambio de uso de suelo tendrán un impacto significativo en la provisión de alimentos en la península de Yucatán. La disminución de la abundancia de polinizadores, debido a la pérdida de su hábitat natural, afectará la producción agrícola en la región.
“La polinización sí es un gran problema, pues es la base de la producción agrícola. Estamos perdiendo mucha capacidad para contar con el servicio de polinización que da el ecosistema, ésta se basa en los insectos y los murciélagos que, con el Tren Maya, se reducirá mucho sobre todo en la parte sur”, advirtió Zambrano.
peritaje destaca también la pérdida de capacidad de captura de carbono por la deforestación y fragmentación de la selva; la afectación a los servicios de polinización; la alteración de hábitats críticos para la conservación de especies endémicas y en peligro; así como la pérdida de cobertura vegetal.
Viridiana Maldonado, abogada en TerraVida advirtió que no es necesario esperar para observar los impactos en la península de Yucatán, ya que el proyecto se encuentra en operación desde diciembre de 2023 y los efectos ya son visibles en las comunidades aledañas al proyecto.
La abogada explicó que las comunidades han compartido a TerraVida cómo, paulatinamente, han cambiado sus dinámicas cotidianas con la llegada de personas provenientes de distintos sectores y la creciente presencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Para TerraVida, éste es un factor relevante y preocupante en términos del impacto que puede tener en las comunidades ya que, no solo implica la presencia de una secretaría como la de la Defensa Nacional sino también, el temor que representa defender el territorio al que han pertenecido las comunidades por generaciones.
Ante la falta de planeación y transparencia en el trazo que la administración de Andrés Manuel López Obrador realizó para construir el Tren Maya, comunidades, profesionistas, colectivos y organizaciones de la sociedad civil en la región han denunciado irregularidades en el proyecto.
Fuente: Animal Político