Las continuas protestas propalestinas contra el equipo ciclista Israel Premier Tech en La Vuelta a España han desatado una ola de reacciones políticas y diplomáticas. La competición, que transcurrió el 5 de septiembre de 2025, se ha convertido en un escenario de disputa ideológica, llevando a un cruce de declaraciones entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, mientras la embajada de Israel eleva el tono de sus denuncias.
Reacción del primer ministro israelí ante la «intimidación»
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha elogiado el «gran trabajo» del equipo Israel Premier Tech en La Vuelta a España, destacando su firmeza «por no ceder ante el odio y la intimidación». Las palabras del mandatario se produjeron en un breve mensaje en redes sociales, donde felicitó expresamente al dueño del equipo, el empresario Sylvan Adams, con un enfático «buen trabajo». Según Netanyahu, el desempeño de los ciclistas está haciendo que «Israel esté orgulloso», en un contexto de constantes interrupciones por parte de manifestantes que exigen la expulsión del equipo de la competición.
La postura de España y las críticas de la diplomacia israelí
La presencia del equipo israelí y las protestas asociadas han generado una significativa fricción diplomática, poniendo en relieve las diferentes perspectivas sobre el conflicto en Oriente Medio y su impacto en eventos deportivos.
La voz del ministerio de exteriores español
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y y Cooperación, José Manuel Albares, se ha mostrado «partidario» de expulsar al equipo israelí de La Vuelta. Su argumento principal es la necesidad de enviar un «mensaje» a Israel, similar al que se transmitió a Rusia en su momento, indicando que no pueden participar en competiciones deportivas «como si no hubiera pasado nada». Esta postura sugiere una alineación con la presión de los manifestantes propalestinos.
La embajada israelí denuncia «odio» y «terror»
Desde la diplomacia israelí, las críticas a las protestas no se hicieron esperar. La nueva encargada de negocios de la Embajada, Dana Erlich, calificó de «inaceptable ver el odio y la demonización contra los israelíes». En un mensaje de este miércoles, Erlich afirmó que el «odio» presenciado durante la etapa en Bilbao, donde las protestas obligaron a adelantar la meta y dejaron la jornada sin ganador, «no es ‘político’, no es un llamamiento a la ‘paz’, es un llamamiento a la destrucción de un país». La diplomática israelí señaló que los carteles exhibidos por los manifestantes, algunos de los cuales instaban a destruir Israel, «no pueden ser tolerados en España, ni tampoco esta incitación al odio».
En la misma línea, Dan Poraz, ministro consejero y hasta hace unas semanas encargado de negocios de la Embajada, se pronunció tras los sucesos. Poraz, quien representó al Gobierno de Benjamin Netanyahu desde mayo de 2024 —cuando se retiró a la entonces embajadora por el reconocimiento de Palestina—, denunció que «esto no es una protesta; es un intento de aterrorizar a los deportistas». A su juicio, la manifestación «no es ‘pro Palestina’; es 100% anti-Israel» y tampoco «se trata de ‘paz’, sino de un odio salvaje y profundo». El diplomático lamentó «una vergüenza absoluta que haya políticos que respalden esta barbarie».
El incidente en La Vuelta a España expone la creciente politización del deporte y los desafíos que enfrentan las naciones al intentar separar los eventos atléticos de las complejas realidades geopolíticas. ¿Hasta qué punto puede o debe un evento deportivo ser inmune a las tensiones globales?