
México respira: el T-MEC salvó empleos, pero la batalla comercial sigue
El anuncio de la Casa Blanca encendió las alarmas. México, sin embargo, logró sortear la tormenta con un resultado que da alivio momentáneo: el T-MEC protegió 10 millones de empleos. Pero la guerra comercial no ha terminado.
Un escudo arancelario para sectores clave
El gobierno mexicano celebró el mantenimiento del trato preferencial en el marco del T-MEC, evitando así la imposición de gravámenes que habrían afectado a industrias esenciales para la economía nacional.
Sectores resguardados por el T-MEC
Entre los sectores beneficiados se encuentran:
- Agroalimentario
- Electrónica y manufacturas eléctricas
- Química
- Vestido y calzado
- Dispositivos médicos y farmacéuticos
- Maquinaria y equipo
Estas industrias seguirán exportando a Estados Unidos sin aranceles, lo que garantiza estabilidad para millones de trabajadores.
“Entramos en un nuevo sistema comercial en el mundo”, afirmó Marcelo Ebrard, destacando que el reto es mantener la competitividad mexicana en este nuevo tablero global.
El sureste mexicano, en el epicentro de la tensión
Aunque el foco del conflicto está en la relación bilateral México–Estados Unidos, el impacto es directo en regiones como el Caribe Mexicano y la Península de Yucatán, donde el crecimiento de parques industriales y ensambladoras depende del flujo exportador.
La zona sur-sureste ha sido una de las prioridades del actual gobierno para captar inversión extranjera, especialmente en industrias limpias, agroindustria y electromovilidad. Una imposición de aranceles habría golpeado de lleno a estas estrategias.
¿Y el acero, aluminio y sector automotriz?
Sectores en la cuerda floja
El anuncio Donald Trump incluyó un 25% de arancel a vehículos, autopartes, acero y aluminio. Aunque se evitó su aplicación inmediata, estos sectores aún no están seguros.
Marcelo Ebrard adelantó que habrá 40 días intensos de negociación para lograr condiciones favorables.
La industria automotriz mexicana: columna vertebral en riesgo
México exportó 2.5 millones de unidades a Estados Unidos en 2024, según S&P Global Mobility. Un arancel del 25% modificaría drásticamente el costo-beneficio de la producción local, con efectos en plantas de Puebla, Guanajuato, Aguascalientes y, cada vez más, en el sur.
Ventaja estratégica: México, socio preferente
Pese a que Estados Unidos mantiene tratados con 14 países, sólo el T-MEC fue respetado por la administración estadounidense. Este gesto no es menor: revela la profunda integración económica entre México, EE. UU. y Canadá.
Oportunidad para el nearshoring
La preservación del trato arancelario abre una puerta para acelerar proyectos de relocalización industrial. La Península de Yucatán ha sido señalada como destino clave por su conectividad y cercanía con los mercados norteamericanos.
Gobiernos estatales como el de Yucatán y Quintana Roo podrían capitalizar este momento para atraer inversión, especialmente en sectores como el tecnológico, logístico y agroindustrial.
Una victoria parcial en una guerra prolongada
La protección de 10 millones de empleos es un triunfo significativo, pero no definitivo. La renegociación arancelaria sigue en curso, con sectores clave aún vulnerables.
Para el sur de México, y en particular el Caribe Mexicano, se abre una oportunidad estratégica si se logra blindar la producción regional bajo el paraguas del T-MEC.
La pregunta que queda es: ¿podrá México transformar esta tregua comercial en una ventaja de largo plazo para su desarrollo industrial y social?