
Italia, cuna de Maserati y Alfa Romeo, vive una pesadilla industrial. Stellantis, su casa matriz, enfrenta un colapso histórico en la producción. La causa: una tormenta perfecta de aranceles, desinversión y transición eléctrica.
La peor caída de producción en casi 70 años
Italia, en el centro del colapso
La producción de Stellantis en Italia se desplomó 36% durante el primer trimestre de 2025, cayendo a apenas 109,900 unidades. Según el sindicato FIM-CISL, se trata del nivel más bajo desde 1956, una cifra que simboliza el retroceso industrial más drástico en décadas.
La combinación de baja demanda global, la lenta electrificación del portafolio y los nuevos aranceles de Estados Unidos han puesto en jaque la operación italiana.
“No esperábamos una mejora, pero tampoco una cifra tan negativa”, reconoció FIM-CISL.
¿Qué impacto tienen los aranceles?
El nuevo paquete arancelario del expresidente Donald Trump impone un 25% adicional a los automóviles europeos, golpeando directamente a marcas como Maserati y Alfa Romeo, que no cuentan con fábricas fuera del continente.
Estas medidas no sólo encarecen sus vehículos en su principal mercado (EE.UU.), sino que ponen en riesgo miles de millones en ganancias para Stellantis.
McKinsey, la jugada defensiva de Elkann
Consultoría para salvar a las marcas italianas
John Elkann, heredero de la familia Agnelli y actual presidente de Stellantis, ha recurrido a McKinsey & Co para definir el futuro de Maserati y Alfa Romeo. Las opciones sobre la mesa incluyen alianzas tecnológicas e incluso una eventual escisión de Maserati.
Según fuentes cercanas, se evalúa abrir el capital de las marcas o buscar socios asiáticos, aunque las conversaciones aún son preliminares.
¿Separar Maserati del grupo?
Aunque no hay decisiones finales, uno de los escenarios más analizados es separar Maserati de Stellantis. La marca de lujo tuvo una pérdida operativa de 260 millones de euros en 2024, tras ver reducidas sus ventas a la mitad.
Con más del 35% de sus clientes en EE.UU., la presión sobre Maserati es enorme. La falta de plantas fuera de Europa limita su competitividad en un entorno hostil.
Elkann intenta contener la tormenta
Inversiones y tensiones políticas
El presidente de Stellantis compareció en el Parlamento italiano para reiterar su compromiso de invertir 2 mil millones de euros este año. Sin embargo, advirtió que las barreras comerciales están condicionando los planes industriales.
Una de sus apuestas es trasladar parte de la producción de Maserati a plantas subutilizadas dentro de Italia, como gesto hacia el gobierno de Roma.
Incentivos en EE.UU. para amortiguar el golpe
Ante el golpe arancelario, Stellantis ha optado por recortar precios en Estados Unidos, lanzar promociones agresivas y ofrecer descuentos para no perder terreno frente a marcas como Tesla o Toyota.
Esta estrategia busca contener el desplome de ventas, pero compromete la rentabilidad de las marcas italianas, cuyo margen por unidad vendida era uno de los más altos del grupo.
El legado de Tavares y el laberinto de 14 marcas
La fusión que dio origen a Stellantis en 2021 buscaba crear un gigante global con 14 marcas, pero la complejidad ha pasado factura.
Carlos Tavares, ex CEO del grupo, priorizó reducir costos, trasladar producción fuera de Europa y frenar inversiones, lo que generó malestar entre sindicatos y gobiernos. Ahora, Elkann debe recomponer relaciones, redefinir el portafolio y rescatar a las marcas italianas sin perder competitividad global.
El futuro de la industria italiana en juego
La crisis de Stellantis no es sólo financiera: pone en jaque la continuidad industrial de Italia como país fabricante de autos. Las decisiones que Elkann tome en los próximos meses determinarán si Maserati y Alfa Romeo logran sobrevivir como símbolos del lujo europeo… o se convierten en reliquias de un modelo agotado.