El poder judicial de la federación inaugura su duodécima época este lunes 1 de septiembre de 2025 con dos ceremonias ancestrales. Estos ritos, que preceden la toma de protesta, buscan purificar sus espacios y consagrar el liderazgo de sus nueve nuevos integrantes.
El amanecer de una nueva era judicial
Con dos ceremonias simbólicas y tradicionales de los pueblos originarios de México, el Poder Judicial de la Federación da inicio a su duodécima época. Estos eventos significativos preceden al acto protocolario de la toma de protesta que los nueve integrantes rendirán en el Senado de la República. La renovación de energías y la reafirmación de los principios de justicia marcan un hito en la institución.
Rituales sagrados marcan el inicio
La primera ceremonia, considerada “sagrada y secreta” por los equipos de los ministros electos el pasado 1 de junio, fue la “purificación” de las instalaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Realizada por médicas tradicionales de varios estados de la República, esta ceremonia comenzó la tarde de ayer y continuó este lunes a las cinco de la mañana en el edificio sede de la SCJN. De manera discreta y sin presencia de funcionarios o público, las médicas llevaron a cabo el ritual que sana, renueva energías y limpia tanto los espacios físicos como espirituales.
La segunda ceremonia fue la “consagración” de bastones de mando y servicio. Estos bastones representan el poder, la autoridad y la confianza que una comunidad deposita en sus líderes, simbolizando la responsabilidad de servir al pueblo y de impartir justicia. Este acto se llevó a cabo en la zona arqueológica de Cuicuilco, uno de los asentamientos más antiguos de Mesoamérica. En Cuicuilco existe un edificio circular que fue “utilizado como centro ceremonial y simbolizaba el cosmos o la eternidad, aspectos esenciales en la cosmovisión de los pueblos prehispánicos”, refieren datos de la Alcaldía de Tlalpan.
Hugo Aguilar Ortiz: Un hito en la presidencia de la corte
Al filo de las nueve de la noche, los nueve ministros electos el pasado 1 de junio participaron en el acto simbólico de apertura. Encabezados por Hugo Aguilar Ortiz, un abogado mixteco originario de San Agustín Tlacotepec, Oaxaca, se marca un momento histórico. Aguilar Ortiz será el primer indígena en convertirse en presidente de la Corte desde 1858, cuando Benito Juárez desempeñó ese cargo.
En este acto también participan las ministras Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf, Sara Irene Herrerías Guerra, María Estela Ríos González, Giovanni Azael Figueroa Mejía, Arístides Rodrigo Guerrero e Irving Espinosa Betanzo.
Simbolismo y legado: La historia del edificio de la SCJN
El edificio sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es un crisol de simbolismos políticos y culturales. Resguarda un valioso patrimonio artístico, con grandes obras escultóricas y muralísticas creadas en sus paredes y pasillos.
De tierras ancestrales a la sede de la justicia
La construcción de este inmueble inició en 1936, bajo el gobierno del general Lázaro Cárdenas, quien formaba parte de las logias masónicas de México. La primera piedra se colocó en terrenos que, en el año 1560, pertenecieron a Moctezuma II y le servían como tierras de sembradío y para efectuar el juego ritual de Los Voladores.
En 1962, el terreno de siete mil 800 metros cuadrados, localizado a un costado de Palacio Nacional, pasó a ser propiedad de Hernán Cortés. Posteriormente, “en el primer tercio del siglo XVII fue utilizado como mercado popular”, señalan estudios del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En su paso por la historia, también se convirtió en un espacio de corridas de toros y peleas de gallos.
El edificio representativo de la impartición de justicia fue inaugurado el 2 de junio de 1941. En ese entonces, el presidente era el general Manuel Ávila Camacho, también integrante de las logias masónicas de México, y el presidente de la Corte era el ministro Salvador Urbina. El arquitecto de este inmueble fue Antonio Muñoz García, quien también construyó el mercado Abelardo L. Rodríguez, la entrada al Bosque de Chapultepec y la Iglesia de Cristo Rey, en Tlalpan.
La estructura del edificio es de acero y concreto, revestida de cantera labrada, y fue considerada en su época como una transición entre el Art Nouveau y el Art Decó.
La puerta de bronce: Un relato visual de la nación
Su puerta principal, que desde este lunes se abrirá a todo el pueblo que quiera visitar las instalaciones, fue fabricada en bronce pulido. Con un peso de tres toneladas y media y un estilo Art Decó, la puerta muestra cuatro paneles que contienen escenas representativas de la historia nacional:
- La evangelización durante el siglo XVI.
- La República Federalista como forma política de vida independiente en el primer tercio del siglo XIX.
- La Reforma que rompió los moldes tradicionales y escindió a la Iglesia del Estado.
- El triunfo de la Revolución Mexicana.
La puerta es el punto de ingreso a este esplendoroso inmueble.
Obras maestras y mensajes ocultos en los pasillos
En los pasillos y paredes del edificio se pueden observar creaciones de los escultores Ernesto Tamariz, Carlos Bracho y Helena Sardeau. Los murales plasman diversos momentos de la historia a partir de las visiones de grandes creadores como:
- José Clemente Orozco (La riquezas nacionales, El movimiento social del trabajo, la justicia de los hombres y la justicia metafísica).
- George Biddle (La guerra y la paz).
- Héctor Cruz García (Génesis: Nacimiento de la Nación y Los orígenes de la SCJN).
- Leopoldo Flores (Todo movimiento social es justicia).
- Rafael Cauduro (Un clamor por la justicia y siete crímenes mayores).
- Ismael Ramos (La búsqueda de la justicia).
- Luis Nishizawa (La historia de la justicia en México).
- Santiago Carbonell (Caminos de palabras y silencios, de hombres y mujeres, de recuerdos y olvidos).
Desde el acceso principal, se camina por otro simbolismo. Los guías que informan la historia del lugar a los visitantes mencionan la presencia de la masonería en el inmueble y los conceptos de esta sociedad, creada en el país en 1717 y ahora representada en la Gran Logia de la Ciudad de México. Su vinculación se representa por la triada Libertad, Igualdad y Fraternidad, a través del compás, la plomada, el nivel, el ojo que todo lo ve, la letra G y el delantal.
Luego de acceder, para llegar a donde están las salas —hasta ayer, las instalaciones de la Primera y Segunda y la de Pleno—, sitios donde los ministros resuelven los expedientes y dictan sentencias, es necesario subir 33 escalones. Este número es una representación del más alto grado dentro del Rito Escocés de la masonería y se otorga a quienes ocupan los puestos de liderazgo. Al llegar a ese punto, los visitantes se encuentran en “el salón de los pasos perdidos”, que en la masonería simboliza el espacio donde los integrantes de una logia se despojan de las preocupaciones del mundo profano.
Los bastones de mando: Conexión con los pueblos originarios
La ceremonia de entrega de los bastones de mando está cargada de un profundo significado cultural y político, reafirmando el compromiso con las raíces de México.
La calenda oaxaqueña: celebración y renovación
Antes de la entrega de los bastones de mando, miembros de las comunidades indígenas de Oaxaca, entidad originaria de Hugo Aguilar Ortiz, llevarán a cabo una Calenda. Esta fiesta, según la página Viveoaxaca.org, “manifiesta la alegría, renueva y fortalece vínculos familiares, comunitarios y personales”.
Simbolismo del liderazgo y servicio
Posteriormente, a las cuatro de la tarde afuera del edificio sede, iniciará la ceremonia tradicional de purificación y entrega de los bastones de mando. Representantes de diversas comunidades indígenas otorgarán a cada ministro electo uno de estos bastones. Con ellos, se reafirmarán simbólicamente el liderazgo de las autoridades y la voluntad del pueblo a ser gobernado, basados en el respeto y el servicio. Luego vendrá el acto protocolario que convertirá a los ministros de electos a servidores públicos en funciones. A las diez de la noche, arrancarán con su sesión de instalación. Así comenzará formalmente la duodécima época de la SCJN.
Este lunes 1 de septiembre de 2025 marca el inicio de una nueva etapa para el Poder Judicial, entrelazando la justicia moderna con la sabiduría ancestral. ¿Podrán estas ceremonias ancestrales forjar una era judicial verdaderamente comprometida con la confianza y el servicio al pueblo?