
Sheinbaum y Trump acuerdan revisar el comercio México-EE.UU.
Este primero de mayo, la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Donald Trump sostuvieron una breve pero estratégica llamada telefónica que marca un nuevo capítulo en la relación comercial entre México y Estados Unidos. Con solo 15 minutos de duración, el intercambio dejó claro que ambas administraciones están decididas a reducir el déficit comercial y avanzar en acuerdos bilaterales clave.
Una conversación que perfila cambios en la relación comercial
Durante su conferencia matutina, Claudia Sheinbaum detalló que la conversación fue cordial y positiva, enfocándose en temas comerciales de alto interés para ambos gobiernos. Esta fue la sexta llamada entre ambos mandatarios, de las cuales cinco han sido de carácter oficial.
Aunque no se alcanzaron acuerdos concretos, la presidenta destacó el compromiso de ambas partes para continuar los diálogos a nivel de gabinete. Secretarios de Hacienda y Tesoro, Economía y Comercio de ambos países serán los encargados de explorar nuevas vías para equilibrar el intercambio de bienes.
Hacia un nuevo balance: déficit, industria y presión diplomática
Estados Unidos y su insistencia en reducir el déficit
Uno de los puntos centrales de la llamada fue el déficit comercial que Estados Unidos mantiene con México. Trump ha insistido en este tema desde su primer mandato y ahora, en su retorno a la Casa Blanca, vuelve a colocarlo en la agenda binacional.
“Lo que está muy interesado el Gobierno de Estados Unidos es en disminuir el déficit que ellos llaman déficit con México”, dijo Sheinbaum.
Este enfoque responde a una estrategia interna de Trump que busca reubicar cadenas de valor y estimular la producción nacional estadounidense, particularmente en estados clave de manufactura y automoción.
México responde con apertura, pero defiende su posición
Sheinbaum, por su parte, recalcó que si bien México está dispuesto a explorar mejoras al balance comercial, también busca condiciones más favorables para sectores estratégicos como el automotriz, el acero y el aluminio. Estos rubros son vitales para las exportaciones mexicanas y el empleo en estados como Coahuila, Guanajuato y Puebla.
El tono de la mandataria fue mesurado, pero firme: no se trata de ceder unilateralmente, sino de construir acuerdos que beneficien a ambos países.
Las implicaciones para la región: industria, inversión y migración económica
Industria automotriz en el centro del tablero
La industria automotriz aparece como uno de los grandes protagonistas en esta nueva etapa de negociaciones. México se ha consolidado como uno de los principales exportadores de vehículos ligeros a Estados Unidos, pero las reglas de origen del T-MEC han aumentado las presiones para reubicar parte de la producción.
El interés estadounidense en “comprar más dentro de casa” puede significar nuevos desafíos para plantas establecidas en el Bajío y el norte de México. Sin embargo, también podría abrir oportunidades para fortalecer la cadena binacional con mayor contenido regional.
Un Caribe Mexicano atento al contexto económico
Aunque el Caribe Mexicano no es un actor directo en la manufactura pesada, sí resiente los efectos de los flujos comerciales. Quintana Roo y Yucatán dependen de la llegada de productos, inversión extranjera y turismo estadounidense, por lo que un eventual reacomodo del comercio bilateral podría impactar indirectamente a estos sectores.
Además, las inversiones industriales que pudieran moverse al sur del país —como parte de una relocalización promovida por ambos gobiernos— representarían oportunidades para diversificar la economía local, más allá del turismo.
Continuidad y señales de estabilidad en la relación bilateral
Sexta llamada: un patrón de comunicación constante
El hecho de que esta sea la sexta conversación directa entre Sheinbaum y Trump, y que cinco de ellas hayan sido oficiales, es un indicio de estabilidad en la diplomacia entre México y Estados Unidos.
En un entorno global marcado por la incertidumbre, este tipo de contacto frecuente ayuda a mantener canales abiertos y reducir riesgos de decisiones unilaterales.
Los gabinetes toman la estafeta
Ambos líderes coincidieron en que sus respectivos secretarios de economía y finanzas deberán reunirse en los próximos días para continuar las negociaciones. Esta decisión muestra un enfoque técnico y estratégico, alejándose de posiciones rígidas o declaraciones mediáticas.
Es una apuesta por el diálogo institucionalizado, en donde las cifras y el análisis pesan más que los discursos.
Una llamada breve que podría redefinir el comercio
Aunque de solo 15 minutos, la llamada entre Sheinbaum y Trump dejó claro que ambos países están en una fase de revisión y posible ajuste de su relación comercial.
El déficit comercial es solo la punta del iceberg: detrás hay industrias, empleos y equilibrios geopolíticos que podrían redefinirse en los próximos meses.
La clave estará en cómo se conduzcan las mesas técnicas y si se logra evitar una narrativa confrontativa. Para México, es una oportunidad de consolidar su posición como socio confiable, mientras defiende sus sectores clave.