En un movimiento clave para la política nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha celebrado la propuesta de Morena para que Laura Itzel Castillo asuma la presidencia de la mesa directiva del Senado. Este respaldo presidencial resalta la trayectoria de una figura apegada a las causas sociales e introduce un nuevo capítulo en la dinámica legislativa.
El respaldo presidencial a una trayectoria de lucha social
Desde la Ciudad de México, el 28 de agosto de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo expresó su beneplácito por la designación de Laura Itzel Castillo como la próxima presidenta de la mesa directiva del Senado, sucediendo a Gerardo Fernández Noroña. La mandataria enfatizó su reconocimiento: «Laura es una gran luchadora social y qué bueno que ahora es presidenta (del Senado)».
Sheinbaum recordó la herencia de la nueva presidenta del Senado, destacando su linaje: «Es hija de Heberto Castillo, un gran luchador social y un gran ingeniero, él inventó la tridilosa (sistema estructural tridimensional mixto de acero y concreto)». Además, la presidenta subrayó el papel histórico de Heberto Castillo en la política nacional: «Un gran luchador social, él formó en su momento el Partido Mexicano de los Trabajadores». Este énfasis en la herencia y trayectoria familiar busca cimentar la legitimidad y el compromiso social de Laura Itzel Castillo.
Morena y el reconocimiento a una legisladora de izquierda
La propuesta de Morena para la mesa directiva del Senado ha sido categórica en su respaldo a Laura Itzel Castillo. La bancada la reconoció como «una legisladora con amplia trayectoria, reconocida por su compromiso con las causas sociales y su militancia de izquierda». Este reconocimiento interno la describe como «una mujer de lucha, de grandes ideas y de firmes valores», lo que consolida su perfil dentro de la esfera política de la Cuarta Transformación.
Crítica presidencial al PRIAN: Un contexto de confrontación
En el mismo marco de declaraciones, la presidenta Sheinbaum Pardo no dudó en arremeter contra la oposición, específicamente contra figuras como ‘Alito’ y sus allegados, a quienes calificó de «porros, autoritarios e hipócritas». La mandataria vinculó lo ocurrido en el Senado con un patrón histórico, afirmando que «muestra lo que es el PRIAN”.
Para contextualizar su crítica, Sheinbaum rememoró un episodio personal de finales de los años 70. Recordó cómo «porros de la Facultad de Derecho de la UNAM golpearon a su hermano ‘porque volteó a verlos'». Este paralelismo histórico buscó establecer una continuidad en el comportamiento de ciertos grupos opositores: «Son lo mismo, los porros de entonces que los de ahora”, sentenció. Esta declaración enmarca la designación de Castillo no solo como un cambio legislativo, sino también como parte de una batalla política más amplia contra las fuerzas conservadoras.
La llegada de Laura Itzel Castillo a la presidencia del Senado, con el explícito aval de la presidenta Sheinbaum y en medio de una dura crítica al PRIAN, marca un punto de inflexión. ¿Se consolidará su liderazgo como un nuevo pilar de las causas sociales en la agenda legislativa o será el inicio de una confrontación aún más polarizada en el Congreso?
