En Morena no salen de una y ya están en otra.
La última de la tragicomedia morenista es la elección de los comités seccionales.
Este nuevo proceso parecía un episodio de rutina en la apacible vida morenista en el Caribe mexicano.
La tarea es simple: elegir mil 111 comités seccionales de Morena, a un ritmo de entre 100 y 150 por semana.
Para esta tarea se requieren, para organizar las asambleas, a los llamados Coordinadores Operativos Territoriales (COTs) —unos 108 que forman parte de la estructura asalariada del partido— y los llamados “mentores”, que son senadores, diputados federales y locales, pero también funcionarios estatales y municipales.
Todo queda entre camaradas.
¿Qué podría salir mal?
Pero la jornada de estreno no salió como se esperaba, pese a que se siguió el manual de ocasión.
Para empezar, hubo el desayuno de rigor en locales ubicados cerquita de las mesas de votación.
Y todos estaban invitados e invitadas.
Pero no llegaron los invitados.
En algunas mesas acudieron 8, en otras 10. Algo pasó…
Y para colmo, muchos de los asistentes ni siquiera estaban afiliados.
Es decir, no necesariamente se trataba de una elección. De hecho fue evidente, la falta de información y la escasa capacidad de convocatoria.
Entonces llegó la hora de improvisar.
Y ahí mismo, los COTs se pusieron a afiliar en las tablets que, para tal efecto, se distribuyeron entre los liderazgos morenistas.
Verdes, verdes, verdes…
Pero las cosas resultaron peor que el desinterés de los morenistas.
Tras bambalinas estuvo la mano del Partido Verde y a lo largo de todo del proceso.
Los desayunos fueron organizados por los verdes, la operación estuvo a cargo de sus liderazgos y los que resultaron ganadores también tienen lazos muy fuertes con este partido.
De alguna manera se confirmó la afirmación de que en el caso de Quintana Roo no se sabe dónde empieza el Verde y dónde acaba Morena.
Pero parece que no todos estuvieron de acuerdo en las formas en las que se llevó a cabo esta primera jornada.
Algunos morenistas de a deveras -no los post-2018, ni los kiwis- reportaron estas inconsistencias al delegado regional Manuel Zavala.
Aunque todavía le quedan dos meses y medio a Morena para corregir estos errores de forma y fondo.