Salinas Pliego pide diálogo a Sheinbaum por deuda fiscal de 74 mil millones de pesos

La solicitud de Ricardo Salinas Pliego a Claudia Sheinbaum para negociar la deuda de 74 mil millones de pesos por impuestos marca un hito en el litigio fiscal.
Salinas Pliego pide diálogo a Sheinbaum por deuda fiscal de 74 mil millones de pesos

Ricardo Salinas Pliego, el influyente dueño de Grupo Salinas, ha solicitado a la presidenta Claudia Sheinbaum una «mesa de diálogo responsable» para abordar el millonario adeudo fiscal de 74 mil millones de pesos que su conglomerado mantiene con el fisco mexicano. Esta petición emerge en medio de una década de litigios y crecientes señalamientos por parte de diversas entidades.

El contexto de una deuda histórica y litigios en curso

La deuda de Grupo Salinas, que asciende a 74 mil millones de pesos según cálculos del gobierno federal, ha sido objeto de atención pública y señalamientos por parte de fondos de inversión extranjeros, AT&T y el propio Servicio de Administración Tributaria (SAT). Este monto, resultado de actualizaciones y recargos, se arrastra desde hace más de una década, con el conglomerado manteniendo activos 32 litigios para congelar los adeudos. La magnitud de los pendientes fiscales del grupo se ha evidenciado incluso fuera de México.

La propuesta de diálogo directo a la presidenta Sheinbaum

A través de la red social X, Salinas Pliego formalizó su solicitud a la presidenta Claudia Sheinbaum. «Le propongo, Presidente (sic) que su equipo y el mío se sienten en una mesa de negociación abierta, seria y transparente, donde podamos encontrar puntos de acuerdo y construir soluciones justas para que las empresas de mi grupo paguen lo que es justo y corresponde, ni más ni menos, de acuerdo con la ley», escribió. El empresario instó a Sheinbaum a buscar «puntos de acuerdo y construir soluciones justas» y a dejar de «perder tiempo en ataques personales».

Negación del pago y la mezcla de negocios con la política

Salinas Pliego ha sido señalado por mezclar su negativa a pagar los créditos fiscales que le reclama el SAT con arengas políticas en sus publicaciones en redes sociales. Esta estrategia ha sido una constante en su interacción pública, añadiendo una capa política a un conflicto de índole puramente fiscal. La imagen de una sucursal de Banco Azteca resalta la magnitud del conglomerado involucrado en este trascendental litigio.

Este llamado a un diálogo directo con la máxima autoridad del país subraya la complejidad y las implicaciones de una confrontación fiscal de tal envergadura. ¿Podrá una mesa de negociación abierta y transparente desanudar un conflicto que se ha prolongado por más de una década y que involucra una de las fortunas más grandes de México?

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