La euforia por la llegada masiva de autos chinos a México parece haber encontrado su punto final. La salida silenciosa de SEV, una marca que prometió una revolución eléctrica, ha dejado a cientos de propietarios a la deriva. Este retiro no solo siembra un precedente negativo para el mercado, sino que también expone los graves vacíos regulatorios que magnifican el riesgo para los consumidores, especialmente ahora que se vislumbran nuevos aranceles.
La salida silenciosa de SEV y el precedente peligroso
SEV se ha convertido en la primera marca de autos chinos en abandonar el mercado mexicano de forma abrupta. Su incursión ocurrió en 2022 como una nueva división de negocios de Grupo Solarever, una empresa líder en la producción e instalación de paneles solares, buscando capitalizar el auge de la electromovilidad.
El modelo de negocios de SEV enfrentó problemas desde el inicio, pues como marca no desarrollaba sus propios productos, sino que dependía de proveedores chinos y comercializaba vehículos eléctricos multimarca. Su primer modelo, el SEV E-WAN, tuvo una vida corta y fue reemplazado por otro de características similares.
A pesar de una inversión millonaria y la promesa de construir una planta de armado en el estado de Durango (un proyecto que contemplaba una inversión de 6,800 millones de pesos anunciado a principios de 2024 para el ensamble final), los distribuidores de SEV comenzaron a cerrar progresivamente. Actualmente, no queda ninguna agencia abierta en puntos estratégicos como Tultitlán, Polanco, Satélite, Altavista y Santa Fe, y los números de contacto del corporativo de Solarever ya no existen.
El vacío legal que desampara al consumidor
El problema central que revela el caso SEV radica en la estructura de operación de muchos de estos jugadores. Varios vehículos chinos llegan al país por medio de un importador independiente, lo que, de facto, elimina el respaldo real del fabricante original.
México no cuenta con una regulación que obligue a las marcas o importadores a garantizar:
- Disponibilidad de autopartes y refacciones.
- Servicio posventa o soporte documental por un periodo mínimo.
Cuando la operación deja de ser rentable, los importadores simplemente «bajan la cortina», dejando a los compradores en un estado de completo desamparo. Los clientes que confiaron en la marca han quedado sin garantía ni soporte posventa, lo que a su vez aniquila el ya de por sí depreciado costo de reventa de sus vehículos.El impacto en la documentación:
La falta de soporte técnico es un problema grave. Una propietaria de SEV relató a Expansión que, al intentar tramitar el holograma exento, la Secretaría de Movilidad le solicitó una carta de buen funcionamiento eléctrico emitida por la agencia, un documento imposible de obtener dado el cierre de todas las instalaciones.
Armando Soto, CEO de Kaso y Asociados, explica que esta situación es una consecuencia directa de la «apertura indiscriminada de marcas chinas» que llegaron al país, algunas de ellas sin experiencia automotriz, como el brazo de electromovilidad de Grupo Solarever. Sin salvaguardas regulatorias, el costo del desorden recae por completo en el consumidor.
La presión arancelaria y la reconfiguración del mercado
El panorama para los importadores independientes se endurece con la política comercial mexicana. La Secretaría de Economía analiza la imposición de un arancel de hasta 50% a los vehículos provenientes de países con los que México no tiene un tratado de libre comercio (TLC).
Esta medida encarecería drásticamente los modelos importados desde China, presionando a los proyectos que no tienen una base productiva o un respaldo corporativo directo.
Armando Soto anticipa una reconfiguración inevitable: “Con aranceles elevados, los modelos menos competitivos serían los primeros en salir”, señala. Las marcas con una estructura global establecida en México podrán sostener mejor sus operaciones, incluyendo:
- BYD
- MG
- GWM
- Geely
Por el contrario, la desaparición de SEV podría replicarse en otras marcas si no se establecen formalmente en el país, como recientemente ocurrió con Jetour. La lista de marcas vulnerables, operando principalmente como importadores, incluye:
- Bestune
- JIM
- Arra
- Foton
- Hongqi
- Las comercializadas por Motornation (DFSK, Seres, JMC, Baic)
Incluso las compañías que evaluaban entrar al país han reculado. Neta, una startup china de vehículos eléctricos, realizó un prelanzamiento en 2024, pero terminó cerrando sus oficinas y liquidando a su equipo antes del lanzamiento oficial.
El fantasma de FAW: un costo reputacional
La nueva ola de retiros repentinos amenaza con revivir el estigma de desconfianza que se generó con la retirada de FAW tras su alianza con Grupo Salinas hace años. En aquel antecedente, el servicio se canalizó a talleres independientes, pero las refacciones comenzaron a escasear, dando pie a mercados negros que elevaron los riesgos vehiculares.
Isidoro Massri, director de JAC en México, ha advertido que cada salida abrupta complica los esfuerzos de las marcas chinas consolidadas por construir confianza en el mercado. Para los jugadores que han invertido en redes de distribución y posventa, la acción de importadores poco estructurados degrada la percepción del consumidor.
Incluso el gobierno chino ha anunciado que impondrá nuevos requisitos para evitar que se dañe la imagen de sus autos a nivel global, debido a empresas que no ofrecen soporte o revenden productos con bajos estándares de calidad.
Mientras el mercado mexicano se depura bajo la presión arancelaria y la competencia, los consumidores quedan atrapados entre trámites detenidos y vehículos que circulan sin respaldo, evidenciando que la apertura del mercado fue rápida, pero la protección al comprador avanza a un ritmo mucho más lento.
