A medida que se acerca el fin de año, dos de las economías más grandes de América Latina definen la política de ingresos que regirá en 2026. México, mediante un anuncio presidencial esperado, consolida una tendencia de ocho años de incrementos notables. En contraste, Colombia se debate en una negociación tripartita, donde la productividad laboral y las previsiones de inflación definen la fórmula para el aumento salario mínimo 2026.
México: la consolidación del incremento anual y la cifra clave del 12%
El Gobierno federal de México tiene programado anunciar este 1 de diciembre el incremento al salario mínimo que tomará vigencia a partir del 1 de enero de 2026. Este anuncio sigue la línea de la administración actual y ya había sido anticipado por la Presidenta de la República durante una visita a Zacatecas el pasado 5 de septiembre, donde indicó que los incrementos anuales serían «del orden del 12 por ciento».
El consultor en economía, Pedro Tello, analizó la previsión en entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas. Tello destacó que, de confirmarse este incremento del 12%, se trataría del octavo aumento de dos dígitos desde el inicio de la administración de López Obrador, si bien sería «el segundo más bajo en los últimos ocho años».
La cifra proyectada y su impacto directo
Si la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), organismo tripartita que inició sus revisiones a mediados de noviembre, confirma la cifra, el impacto económico será tangible para millones de trabajadores. La Conasami dará a conocer la cifra oficialmente durante la mañanera.
Según Tello, 15 millones 600 mil mexicanos que dependen de este ingreso verían un ajuste significativo. Si se confirma el incremento del 12 por ciento:
- El salario mensual pasaría de $8,364 pesos a $9,375 pesos.
- Para los trabajadores de la frontera norte, su salario mínimo actual de $12,771 pesos mensuales se elevaría a $14,303 pesos.
Este ajuste no solo beneficia directamente a los trabajadores, sino que, según Pedro Tello, «marcará el inicio de la dinámica de ajustes salariales y de precios para 2026» y hará «menos difícil remontar la difícil cuesta de enero».
Contexto histórico del sexenio de López Obrador
Históricamente, los incrementos salariales en el sexenio de López Obrador han sido significativos, fortaleciendo el poder adquisitivo de quienes perciben ingresos mínimos. El historial de aumentos es el siguiente:
- 16% en 2019
- 20% en 2020
- 15% en 2021
- 22% en 2022
- 20% en 2023
- 12% en 2024
Con la previsión de un nuevo 12% para 2026, se consolida una tendencia de incrementos que ha fortalecido el poder adquisitivo de quienes perciben ingresos mínimos.
Colombia: la puja técnica entre productividad e inflación
En Colombia, la definición del aumento salario mínimo 2026 se maneja bajo una compleja fórmula técnica que involucra la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales (Cpcpsl), integrada por Gobierno, empresarios y sindicatos. Esta comisión se instalará de manera formal el 1 de diciembre. Son más de tres millones los trabajadores en Colombia que ganan un salario mínimo al mes.
Las cifras base: productividad laboral y expectativa inflacionaria
El 27 de noviembre de 2025, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) informó uno de los datos claves para el ajuste:
- La productividad total de los factores creció 0,91% hasta el tercer trimestre de 2025.
- La productividad laboral por persona empleada, sin embargo, mostró una caída de 0,32%. Esto se atribuye a que el empleo creció 3,5% mientras la economía lo hizo en 2,9%.
A este dato se suma la tendencia inflacionaria. La inflación anual en octubre se ubicó en 5,51%, y las previsiones para el cierre de 2025 varían. El Banco de la República estima 5,1%, mientras que analistas sitúan el rango para 2026 entre 5,01% y 5,9%.
Propuestas y advertencias de los expertos
Expertos y gremios han presentado propuestas concretas de ajuste, partiendo de una base salarial de $1.423.500:
El exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, remarcó a La República que la fórmula óptima es sumar la inflación esperada y la productividad. Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, planteó que una cifra técnicamente razonable sería «entre 6% o 6,5%«, buscando que los trabajadores formales recuperen el poder adquisitivo perdido (alrededor del 5,2%).
Los escenarios propuestos se sitúan en las siguientes cifras:
- Si se toma la previsión de inflación más baja (5,01%), el ajuste sería de 5,91%, resultando en $1.506.486.
- En el escenario de inflación más alta (5,9 %), el aumento alcanzaría 6,5 %, situando el salario mínimo en $1.516.027.
Otras propuestas presentadas:
- Propuesta empresarial (7%): El salario mínimo sería de $1.523.145.
- Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) (7,3%): El salario mínimo llegaría a $1.527.415.
El economista Germán Machado, docente de la Universidad de los Andes, destacó al medio que «el presupuesto está hecho con un incremento del salario mínimo de un punto por encima de la inflación».
Riesgos de un alza desproporcionada
Los expertos advierten que un aumento desproporcionado podría tener graves consecuencias, como ya está ocurriendo en el año en curso. Luis Fernando Mejía alertó que se deben evitar efectos perjudiciales que podrían generar presiones adicionales en la inflación y, además, incentivos a la generación de empleo informal.
Otro impacto crucial se da en el sistema pensional. Según Machado, si se presentara un escenario de ajuste de 11%, el costo pensional crecería 8%, alterando el Presupuesto y generando un faltante cercano a $1 billón adicional, dado que el 45% de las pensiones están con el valor de un mínimo.
Mientras México se encamina a un incremento de dos dígitos mediante una política de salarios definida desde la cúpula ejecutiva, Colombia busca afinar el aumento a través del prisma de la técnica económica, equilibrando la necesidad de recuperar el poder adquisitivo con el fantasma de la inflación y la informalidad. El contraste entre estas dos aproximaciones definirá no solo la suerte de millones de hogares en 2026, sino la estructura económica misma en el arranque del nuevo año.
