
El reloj avanza: ¿última llamada de EU a la paz entre Rusia y Ucrania?
“Estamos llegando a un punto en que tenemos que decidir si esto es siquiera posible o no”. Con esa frase, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, marcó un punto de inflexión en uno de los conflictos más devastadores del siglo XXI.
En medio de ataques, intereses geopolíticos y negociaciones tensas, la guerra entre Rusia y Ucrania enfrenta un nuevo dilema: ¿qué pasa si Washington decide dejar de mediar?
Desde París, Rubio dejó entrever un cambio radical en la postura estadounidense: la posibilidad real de dar vuelta a la página y dejar de insistir en un acuerdo de paz que no llega. Un giro que no solo impactaría a Europa, sino que redefiniría el tablero geopolítico global.
Estados Unidos lanza un ultimátum: ¿paz o abandono?
“No es nuestra guerra”: el mensaje que cambia el juego
La declaración de Rubio no fue un simple comentario diplomático. En un momento clave del conflicto, la advertencia de que Estados Unidos podría retirarse del proceso de paz si no hay avances concretos en “cuestión de días” suena como un ultimátum a ambas partes: o avanzan, o Washington se retira.
Esta declaración llega tras meses de negociaciones multilaterales que parecían estancadas. Sin embargo, en París se logró delinear un esbozo hacia un posible acuerdo.
La próxima reunión en Londres será decisiva. En ella se determinará si la administración Trump mantiene su implicación o cierra definitivamente el capítulo.
La guerra sigue: ataques rusos y respuestas ucranianas
Mientras se habla de paz en las capitales europeas, en el terreno la violencia continúa. Ataques recientes del Kremlin dejaron decenas de muertos y heridos en ciudades como Sumy y Járkiv. Las ofensivas con municiones de racimo, condenadas por la comunidad internacional, confirman que el cese al fuego pactado el mes pasado fue efímero.
Estos ataques no solo agravan la situación humanitaria, sino que siembran más desconfianza entre las partes, dificultando cualquier acercamiento real. La paz parece aún lejana mientras las ciudades ucranianas siguen bajo fuego.
El factor Trump: paz exprés, sarcasmo y acuerdos minerales
Una tregua ligada a intereses estratégicos
La figura del presidente Donald Trump es clave en este rompecabezas. Durante su campaña prometió terminar la guerra “en un solo día”, aunque luego admitió que se trataba de un sarcasmo.
A pesar de ello, su administración ha vinculado directamente los esfuerzos de paz con un ambicioso acuerdo económico.
Estados Unidos y Ucrania están cerca de cerrar un pacto de acceso a minerales estratégicos. Según Trump, el acuerdo representa una forma de recuperar parte de los miles de millones en asistencia militar entregados a Kiev desde 2022.
Este acuerdo, impulsado por la ministra ucraniana Yuliia Svyrydenko y el secretario del Tesoro estadounidense Scott Bessent, podría traducirse en inversiones, modernización y cooperación económica a largo plazo.
Pero también condiciona los términos del diálogo: la paz ahora depende también de intereses económicos.
De la Oficina Oval a Arabia Saudí: diplomacia silenciosa
Los esfuerzos diplomáticos han sido múltiples y discretos. El enviado presidencial Steve Witkoff ha mantenido encuentros directos con Vladimir Putin, mientras que Rubio ha mantenido contacto con el canciller ruso Sergey Lavrov.
La última conversación entre ambos ocurrió después de la reunión en París, aunque sin revelar la reacción del Kremlin.
Arabia Saudí ha sido escenario de varias rondas negociadoras. Sin embargo, las declaraciones públicas contrastan con las posiciones reales: Moscú exige el fin del suministro de armas occidentales y el reclutamiento militar de Kiev, condiciones que Ucrania rechaza rotundamente.
Europa, en la encrucijada: aliados tensos y nuevos mediadores
Francia, Alemania y Reino Unido: ¿aliados o intermediarios?
Las tensiones entre Estados Unidos y sus aliados europeos no son nuevas, pero se han acentuado en las últimas semanas. Pese a ello, Rubio reconoció en París que los representantes europeos —especialmente del Reino Unido, Francia y Alemania— han resultado útiles para avanzar en el proceso.
Estas conversaciones multilaterales son las primeras desde que Trump asumió el cargo, y marcan un cambio de enfoque: se discuten garantías de seguridad para Ucrania, con Europa buscando un rol más activo frente al aparente repliegue de Washington.
Italia y el tono conciliador de JD Vance
Desde Roma, el vicepresidente JD Vance adoptó un discurso más esperanzador. Sin ofrecer detalles, dijo que hay elementos “interesantes” y que Estados Unidos “se siente optimista”. Un contraste con el pragmatismo de Rubio, que sugiere que la administración está jugando en dos tiempos: presión y diplomacia.
Este doble discurso responde a la presión interna y externa. Trump quiere mostrar resultados en política exterior, pero sin comprometer recursos en una guerra que ya no considera prioritaria.
Moscú responde: diálogo complejo y ofensiva sostenida
El Kremlin, entre el rechazo y la disposición
Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, confirmó que las negociaciones con Estados Unidos siguen siendo “complejas” y que Rusia está “abierta al diálogo”. Sin embargo, también dejó claro que no hay reuniones programadas entre Trump y Putin, al menos en el corto plazo.
La postura rusa mantiene su rigidez: no aceptará un alto al fuego si Ucrania sigue recibiendo armas y reclutando soldados. Esta posición, sumada a la ofensiva militar, evidencia que Moscú no tiene prisa por negociar, al menos no bajo condiciones que considere desfavorables.
Ataques como presión: Sumy y Járkiv en el centro del horror
En menos de dos semanas, Rusia ha lanzado dos ataques masivos que cobraron decenas de vidas civiles, incluyendo niños. El uso de misiles y drones contra objetivos no militares, como panaderías y zonas residenciales, muestra un patrón de agresión sostenida.
Estos ataques no solo buscan debilitar la moral ucraniana, sino también enviar un mensaje a los mediadores occidentales: Rusia seguirá presionando hasta imponer sus condiciones.
¿Qué sigue si EU se retira del proceso de paz?
Un acuerdo en vilo, una guerra en curso
Si Estados Unidos decide abandonar el proceso, el impacto será inmediato. Sin el respaldo de Washington, Ucrania perdería a su principal socio estratégico y financiero.
Europa, dividida entre el apoyo militar y la contención diplomática, podría no tener la capacidad para llenar ese vacío.
Además, la ausencia de un mediador fuerte complicaría aún más las negociaciones. Rusia podría aprovechar la situación para endurecer su ofensiva, mientras que Ucrania se vería obligada a redefinir su estrategia de resistencia.
Entre intereses, violencia y un futuro incierto
La advertencia de Rubio marca un momento crítico. El proceso de paz se tambalea, y las partes parecen más interesadas en proteger sus intereses que en detener la guerra.
Estados Unidos, al poner sobre la mesa la posibilidad de retirarse, introduce una nueva variable que podría acelerar o desmoronar el proceso.
El mundo observa. Y mientras los líderes se sientan a negociar, las víctimas civiles siguen acumulándose. La historia no solo juzgará los acuerdos firmados, sino también las oportunidades perdidas.