
Por Sergio Caballero
Dos temas, que parecen ser paralelos, estarían dominando el escenario político local, tras las elecciones de hace dos domingos.
Primero, parece que en Morena empiezan a haber crujidos.
El objetivo de un candidato de “unidad” o único no se estaría cumpliendo. Dos referentes de Morena, Ricardo Velazco, cofundador, y Orlando Muñoz, con larga trayectoria en la izquierda caribeña, se fueron a Ciudad de México a tomarse la foto con Rafael Marín, con el argumento de la seguridad. Pero el mensaje fue otro:
no todos jalan en el mismo proyecto y, poco a poco, se perfila una contienda, por lo pronto, entre dos y de dos proyectos no tan comunes.
Por otra parte, en cuanto a los comicios locales de Veracruz y Durango, se ha convertido en una llamada de atención para Morena y aliados rumbo a las elecciones de 2027, en las que se renovarán 16 gubernaturas, incluida la de Quintana Roo y la Cámara de Diputados federal.
Y es que Morena perdió en ambos estados, tanto en Veracruz como en Durango, que poco tienen en común.
Pero no faltan las maromas, las clásicas maromas, y no ha faltado quien diga que Morena ganó porque obtuvo ciudades como Gómez Palacio, el Puerto de Veracruz, Xalapa y Coatzacoalcos, y que en ambos estados ahora tiene más votos que antes.
Sí, pero no.
Lo que cuenta en las democracias son las mayorías, no las interpretaciones ni los detalles menores.
En democracia, se trata de conquistar y construir mayorías.
Una mayoría absoluta se alcanza cuando se tiene el 50% más uno.
Una mayoría calificada, cuando se rebasa el 66 por ciento.
Y es que, tanto en Veracruz como en Durango, Morena no alcanzó la mayoría.
En el estado del Golfo, la 4T —que no incluyó al PT, por cierto— obtuvo, más o menos, el 40 por ciento; y en la entidad norteña, les fue peor, pues los tres partidos cuatroteístas no superan el 35 por ciento.
A Morena, en esta ocasión, se le esfumó la magia.
Y de ser una locomotora hace dos domingos, avanzó a velocidad del Tren Maya.
Y se abre la duda de cuál sería su potencia morenista y su cabús verde en 2027, en particular en Quintana Roo.