
No pasa desapercibido que Othón P. Blanco es territorio perdido para el cuatroteísmo caribeño.
Morena y aliados apenas superaron por décimas la elección municipal del año pasado; y en 2021, también la formación guinda fue favorecida por factores externos.
En realidad, todo parece indicar que Yensunni Martínez perdió la reelección, pero terminó siendo favorecida por la impetuosa meta del carro completo.
Pero la 4T-QR no goza de cabal salud en la capital y su situación tiene a empeorar. De hecho, en encuestas de alcaldes de todo el país, Yensunni sale “parejita” en los últimos lugares.
Se podría, desde ahora, decir que Othón P. Blanco es un foco amarillo, casi rojo, para la 4T-QR.
Aunque lo más grave no es solo la potencial derrota en Othón P. Blanco, ya que significaría mucho más que perder un municipio o incluso la capital.
La alta participación electoral en el histórico municipio sureño incide en los resultados de todo el estado. El antecedente más rotundo fueron las competidas elecciones de 2016, en las que propios y extraños reconocen que los votos de la capital fueron determinantes para la derrota del PRI-Verde ante la coalición opositora que encabezó Carlos Joaquín.
En los últimos días, se ha visto que la gobernadora Mara Lezama se está aplicando en serio en la capital. Lo mismo “dona” camiones de basura que ordena tapar baches y retirar tiraderos. Y lo que más llama la atención es que lo hace sin la compañía de Yensunni.
La Gobernadora se ha echado el trompo a la uña de “rescatar” la capital.
Aunque es más que evidente que, frente a todos sus esfuerzos, la Alcaldesa morenista siempre terminará siendo un pasivo en los objetivos de rescatar la capital.
Lo que es inobjetable es que Chetumal sigue siendo electoralmente estratégico para los resultados estatales.