Aguakán sigue burlándose de la XVII Legislatura y en la cara de los diputados cancunenses.
La empresa a cargo del agua potable, drenaje y saneamiento no solo evitó el intento de la mayoría morenista de rescindirle la concesión, sino que además sigue actuando como quiere.
El clamor popular contra Aguakán no solo se debe al sospechoso proceso de ampliación de la concesión en tiempos de Roberto Borge, sino también al pésimo servicio que la empresa ha ofrecido desde siempre.
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Ahora, en medio del litigio sobre el futuro de su concesión, las fallas de Aguakán son más evidentes que nunca.
En diferentes partes de la ciudad, desde la Zona Hotelera hasta la avenida “Las Torres”, brotan borbotones de aguas negras por las coladeras.
No solo son visibles estos desbordes, sino que también emiten olores fétidos.
Sin embargo, nadie parece darse cuenta, empezando por los diputados, quienes deberían estar vigilando de cerca a la concesionaria.
Está claro más que claro que Aguakán les tiene bien tomada la media a los diputados.
La XVII Legislatura no solo ha fracasado en su intento de revocar la concesión y cumplir con un mandato popular, sino que permite que la empresa continúe ofreciendo un servicio lamentable, a la vista y al olfato de todos.
