
Gilberto Avilez Tax
Tardía, pero insuficiente y corta respuesta de la titular del ICA, Lilián Villanueva Chan, ante los reclamos que desde la academia y el periodismo se le ha venido realizando desde el 28 de agosto de 2024, para que de informes certeros sobre dónde se encuentra, en qué condiciones y si está en buen resguardo el cráneo del general maya Bernadino Cen.
Ayer, un escueto, rabioso y malhumorado comunicado del ICA, negó “categóricamente” que el cráneo del general había salido del Museo de la Guerra de Castas de Tihosuco, que tanto el cráneo como el busto con su reconstrucción científica, se encontraban embalados por los investigadores del INAH. No dice ese comunicado, por supuesto, sobre si estas dos piezas embaladas se encuentran en un espacio acondicionado y a buen resguardo, solo llama a los internautas a hacer caso omiso de “noticias falsas”. ¿Noticias falsas? Nuestro trabajo no se sostiene, nunca se ha sostenido, en noticias falsas, sino en información veraz, cruzada y descansa en la indagatoria periodística que desde hace casi un año hemos realizado en Caribe Peninsular, al cual otros diarios y páginas del estado hicieron, por fortuna, eco y respaldaron a nuestros cuestionamientos.
Por supuesto, podemos hablar de que este desleído comunicado del ICA puede hacernos pensar que la misión está cumplida, pero esto no es así, pues el cráneo sigue sin aparecer. Desde el 28 de agosto de 2024, en mi columna semanal para Caribe Peninsular escribimos sobre la desaparición del cráneo del General Bernadino Cen del remozado museo de la Guerra de Castas (que ya no es más tal).1 En este año, dos sendos artículos de Salvador Canto insistieron en esa querella, y ayer, las redes de Chetumal y de casi todo Quintana Roo explotaron con un trabajo que hizo eco a esos textos periodísticos que desde agosto de 2024 venimos realizando.
Ayer, la señora Villanueva Chan, directora del ICA, que en anteriores veces se le señaló como destructora del patrimonio cultural de Quintana Roo (el caso de la biblioteca Rojo Gómez es una herida abierta que aún supura en sus pústulas mefíticas), y teniendo por padre a un personaje pintoresco que, según los corrillos de Chetumal, le gusta llevar curvatos de los quintanarroenses a su rancho; salió a decir, malhumorada, que el cráneo se encuentra en una bodega del Museo de Tihosuco.
Te puede interesar: La iglesia maya que vino de la Guerra de Castas: el culto a la Cruz Parlante
¿Y qué con eso, señora Villanueva Chan?, ¿un año estuvo, está todavía, una pieza ósea embalada, resistiendo la incuria y las altas temperaturas del estado?, ¿así es como trata este régimen a una pieza memoria de la Guerra de Castas? ¿Eso es todo, señora Villanueva Chan? No, por supuesto que no. Usted tiene una responsabilidad con la historia de los mayas de Quintana Roo, usted ha denigrado y vilipendiado un símbolo histórico de la resistencia indígena en Quintana Roo. Como tal, lo mínimo que debe hacer es renunciar, pues claramente ha puesto en peligro, sigue poniendo en peligro, el cráneo del desaparecido general cruzoob, Bernadino Cen.
Julio debe ser el mes de la guerra de castas en Quintana Roo, pero el cráneo de Bernardino Cen, a pesar de este escueto comunicado realizado en redes, sigue oculto, olvidado y embalado en no sabemos qué espacio de qué lugar, aunque señalen que nunca ha salido del Museo de la Guerra de Castas que ya no es museo, sino un escaparate turístico en esta nueva coyuntura de la venta de la cultura maya y el vaciamiento de la historia de resistencia indígena promovido por Mayakaan, y esto a nadie le importa un bledo: ni a los cronistas ceremoniosos de Carrillo Puerto, al INAH de Chetumal y su silencio institucional, ni a los “intelectuales orgánicos mayas” del poder tropical, menos a una antropología marchita, extraña y casi muerta que se mal enseña en la UQROO, y mucho menos para el vaciamiento interculturelo y su epidermis anti-intelectual y xcaretizador, les importa nada el paradero del cráneo del general maya que le hizo la guerra a muerte a los enemigos de su territorio.

En esta columna, pensamos que el cráneo del general Bernardino Cen regrese donde debe estar: en manos seguras, fuera de Tihosuco y del aire contaminado y ralentizado de los órganos seudo-culturales de Quintana Roo, preferible en el Museo de Antropología de la Ciudad de México, para que no vuelva a pasar las de Caín debido a la nueva moda de “xcaretizar” la historia de resistencia maya que se viene incoando de un tiempo a esta parte en Quintana Roo.
Mientras esto, la desaparición del cráneo del General Bernadino Cen se debatía en periódicos y en redes durante un año, a veces casi en solitario, sin eco y casi con el desdén murmurante de tantos, los que primero debieron levantar la voz, los “intelectuales mayas”, los cronistas y artistas mayas de Carrillo Puerto, los generales y dignatarios mayas, al parecer simplemente aceptaron las añagazas vulgares venidas de Chetumal, o simplemente no tenían en sus intereses, o desconocían la historia de este prócer (la historia de la guerra de castas aún está en pañales divulgativos). Quedaron tan expuestos en sus individuales faenas estos “intelectuales” y “artistas” y croniqueros de Carrillo Puerto y de todo el estado, que luego no se quejen de las críticas necesarias que les hacemos, incluido a la marchita, ladina y corrompida antropología que se mal enseña en la UQROO y en Felipe Carrillo Puerto.
Desde esta palestra y desde esta atalaya que nos otorga mi columna en Caribe Peninsular seguiremos insistiendo hasta que el cráneo del General Bernadino Cen, esté en buen resguardo, lejos de las uñas largas que abundan en los resquicios “inculturales” del poder corruptor en Chetumal.
1 Véase: https://noticaribepeninsular.com.mx/museo-de-guerra-de-castas/?fbclid=IwY2xjawLkesFleHRuA2FlbQIxMABicmlkETFXOURLajRVSWNyMUdkV0hoAR51F4VFTI33aiIL1u4tlJaPb_ODkM9-p9gKW2HwFaHisAAZ4beUMzu_t1j5Kw_aem_RnSTfWDhSVF3vOjBbLMNlQ