Redacción
CHETUMAL.- El salvamento arqueológico que acompañó la construcción del Tren Maya permitió reconocer la territorialidad de la civilización maya. Para dar a conocer la arquitectura y aspectos de la vida de sus antiguos asentamientos, se erigen los Parques de la Memoria Balam Tun y K’awiil.
Las secretarías de la Defensa Nacional y de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), colaboran para que, en el último trimestre de 2025, abran a la visita pública ambos espacios, que estarán ubicados, respectivamente, en el Parque Quintana Roo, en Chetumal, y en la estación Xpujil del Tren Maya, en Campeche.
En cada lugar, equipos interdisciplinarios restauran una serie de estructuras prehispánicas que fueron desmanteladas para evitar su destrucción. El uso de equipos de precisión para el registro y levantamiento de los monumentos arqueológicos en campo, como la implementación de tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging) y fotogrametría permite reconstruirlos de forma fidedigna.
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El coordinador académico del Proyecto Salvamento Arqueológico Tren Maya, Manuel Eduardo Pérez Rivas, explica que, en primera instancia, se propuso cubrir los basamentos, pero al quedar debajo de la zona de vías, era imposible garantizar su preservación. La reubicación de monumentos, precisa, es un último recurso para evitar su pérdida, “un ejemplo emblemático es el templo de Ramsés II, en Abu Simbel, que fue trasladado a una cota más alta para evitar su inundación por la presa de Asuán”.
En las estaciones Calakmul y Escárcega del Tren Maya, indica, pueden admirarse cinco edificaciones mayas reconstruidas, y una estructura en la estación Chetumal.
Parque Quintana Roo
Gracias a las tres hectáreas con que se cuenta dentro del Parque Quintana Roo, proyecto que acogerá la Feria de la Frontera Sur, fue posible trasladar los vestigios de 36 basamentos piramidales, algunos de las cuales tienen otros cuerpos en la parte superior o adosados a los costados.
El arqueólogo Ramón Carrillo Sánchez, quien dirige al equipo de 15 arqueólogos, tres restauradores y trabajadores locales que hacen el rearmado de estos conjuntos de plazas y edificios, anota que estos proceden de 15 puntos intervenidos en los tramos 6 y 7 del Tren Maya, que conectan a Tulum y Escárcega con la capital quintanarroense.
Dichas edificaciones mantienen ciertas características de los estilos Río Bec y Petén, comenta el especialista, para quien esta iniciativa también representa la oportunidad de mostrar aspectos arquitectónicos poco conocidos, como las subestructuras de etapas más tempranas que hay al interior de las fachadas de los monumentos.
El público del Parque de la Memoria Balam Tun podrá admirar una subestructura del periodo Preclásico Tardío (400-250 a.C.), que se extrajo de las “entrañas” de su versión “más reciente” del Clásico Temprano (250-600 d.C). Así como la etapa anterior de otro monumento que podrá observarse a través de una ventana arqueológica.
“El proyecto busca respetar, en la medida de lo posible, los datos originales que obtuvimos en las excavaciones”, comenta Carrillo Sánchez.
Parque de la Memoria K’awiil
Por su parte, la arqueóloga Julieta Ramos Pacheco, una de las supervisoras del Parque de la Memoria K’awiil, describe que este se extiende sobre una hectárea aledaña a la estación Xpujil del Tren Maya. Ahí, fueron reedificados 12 edificios descubiertos en los emplazamientos Los Monjes, Tigres y CFE, registrados en el frente 3 del Tramo 7.
La iniciativa, dice, avanza en el acondicionamiento de senderos e instalación de cedularios con códigos QR, para mostrar algunos de los hallazgos registrados en las excavaciones, entre ellas piezas cerámicas con la imagen del dios K’awiil.
La creación de estos espacios, finaliza Ramos Pacheco, “demuestra que nuestro proyecto de investigación no terminó con la operación de la obra ferroviaria. El visitante podrá corroborar que, sí pasó el tren, pero se preservó la cultura”.
Con información de INAH