
Con una deuda pública que supera los 36 billones de dólares y un cuarto de ella con vencimiento en 2025, el gobierno estadounidense podría inclinarse hacia “medidas de represión financiera” para gestionar sus finanzas, según advirtió UBS.
La advertencia de UBS y la estrategia frente al dólar
El banco de inversión UBS ha puesto la mira en la situación de la deuda pública estadounidense, señalando que el escenario actual podría llevar a Estados Unidos a implementar “medidas de represión financiera para aumentar los ingresos, reducir la carga de intereses y contener los rendimientos”.
Ante este panorama y los cambios de política previstos, UBS fue contundente con sus clientes:
“Ha llegado el momento de reconsiderar la exposición excesiva al dólar”.
La recomendación se fundamenta en la evolución reciente. Mientras que en años previos el dólar se fortaleció impulsado por el crecimiento de Estados Unidos y rendimientos bajos en riesgo, llevando a inversionistas a acumular efectivo en esa moneda más allá de lo indispensable, el escenario es otro.
“Ahora, con la reducción de la prima de crecimiento de Estados Unidos, los cambios en la política estadunidense y un cambio cada vez mayor entre los inversores internacionales para diversificar las tenencias en dólares, creemos que ha llegado el momento de reconsiderar la exposición excesiva al dólar”.
UBS incluso proyectó una expectativa concreta:
- Preferencia: Euro sobre el dólar estadounidense.
- Tipo de cambio EUR/USD previsto: 1.20 para junio de 2026.
- Apreciación del euro: 6 por ciento respecto al dólar para esa fecha.
La “guerra de impuestos” de la administración actual
Más allá de las tensiones comerciales, la administración actual de Estados Unidos ha escalado a una “guerra de impuestos” para potenciar su capacidad de recaudación. Esta estrategia se articula en dos frentes principales según el banco de inversión suizo:
- Impuesto a las remesas: Una cuota de 3.5 por ciento a las remesas que envían los migrantes sin documentos a sus familias fuera de Estados Unidos.
- Impuesto a rendimientos de inversionistas extranjeros: Se aplica a inversionistas en su país, afectando especialmente a gobiernos, fundaciones y corporaciones extranjeras.
El proyecto “One Big, Beautiful Bill”, presentado por el presidente de Estados Unidos, busca, entre otras medidas, reducir el déficit fiscal del país. Dentro de este marco impositivo, se contemplan “retenciones adicionales” a los impuestos ya existentes sobre ingresos de origen estadounidense para personas físicas residentes fiscales en países considerados con “impuestos extranjeros injustos”.
Las características de esta medida sobre los rendimientos de inversionistas:
- Tasa inicial: Sobre la tasa actual (no especificada en el texto).
- Aumento programado: 5 por ciento en 2026.
- Progresión: Continuará aumentando cada año.
- Límite: Hasta alcanzar un máximo de 20 por ciento en cuatro años (partiendo de 2026, esto sería para 2030).
- Condición de aplicación: Para que un inversionista (privado o público, incluyendo bancos centrales) esté sujeto a esta tasa, que llegará al 20 por ciento, el Departamento del Tesoro debe incluirlo en una lista de países discriminatorios.
- Exclusión actual: De momento, el proyecto no incluye cuotas sobre los bonos que emite el Departamento del Tesoro.
Esta política impositiva se suma al ya mencionado impuesto del 3.5 por ciento a las remesas enviadas por migrantes sin documentos fuera de Estados Unidos.
El análisis de UBS subraya cómo las presiones de la deuda pública estadounidense están reconfigurando la política fiscal y monetaria del país, con implicaciones directas para el valor del dólar y la estrategia global de inversionistas y otras naciones. Es una clara señal de cómo las finanzas internas de una superpotencia se traducen rápidamente en movimientos geopolíticos y reajustes económicos a escala mundial.