
México busca alivio arancelario con EU: Sheinbaum abre ruta de negociación
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum reveló una propuesta clave: México busca reducir los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a industrias estratégicas como la automotriz, el acero y el aluminio. La apuesta, aunque aún confidencial en sus detalles, marca un giro en la política comercial bilateral.
Un giro en la relación comercial México-EU
El contexto de los aranceles al 25%
Desde la administración de Donald Trump, Estados Unidos impuso un arancel del 25% a productos clave provenientes de México, particularmente autos, autopartes, acero y aluminio. Esta medida, bajo el argumento de proteger la seguridad nacional y el empleo estadounidense, impactó directamente a las cadenas de valor integradas en América del Norte.
Sheinbaum, en su conferencia matutina, confirmó que su gobierno ha planteado de forma oficial una reducción importante de dichos aranceles, aunque evitó revelar las propuestas concretas. Esta postura, subrayó, forma parte de una estrategia negociadora que sigue en curso y que, de acuerdo con la mandataria, requiere de prudencia diplomática.
Una estrategia bilateral en marcha
Diálogo directo entre Ebrard y Comercio de EU
La presidenta señaló que la Secretaría de Economía, encabezada por Marcelo Ebrard, mantiene una comunicación directa y permanente con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick. El objetivo: lograr un ajuste tarifario favorable a México, especialmente en el sector automotriz.
Este sector representa uno de los pilares de las exportaciones mexicanas. Las plantas ensambladoras ubicadas en el Bajío, el norte del país y, en menor medida, el sureste, dependen de un comercio fluido de partes, insumos y vehículos terminados con Estados Unidos.
Dos niveles de arancel en la industria automotriz
De acuerdo con Sheinbaum, el esquema actual divide los aranceles en dos frentes:
- Vehículos completos: Sujetos a un arancel del 25%, aunque con posibilidad de descuentos si contienen partes fabricadas en Estados Unidos.
- Autopartes: Inician con arancel de cero, pero con posibilidad de ser ajustado por la Secretaría de Comercio estadounidense según el tipo de componente.
Este sistema, explicó, no refleja la realidad de una industria cada vez más interdependiente, donde una misma autoparte cruza la frontera varias veces antes de integrarse a un vehículo final.
Acero y aluminio, sectores estratégicos
Además del sector automotriz, México también busca renegociar los términos comerciales en dos industrias críticas:
- Acero
- Aluminio
Ambas han sido golpeadas por los aranceles unilaterales impuestos por EU, afectando no solo a grandes consorcios, sino también a pequeñas y medianas empresas del norte y centro del país. La región del Caribe Mexicano no produce directamente estos insumos, pero se ve afectada por su encarecimiento en sectores como la construcción e infraestructura.
Implicaciones económicas y geopolíticas
¿Por qué ahora?
La propuesta de Sheinbaum llega en un momento clave. A pesar de que Donald Trump aún no regresa formalmente a la presidencia, las negociaciones actuales parecen reconocer su influencia en la política comercial de Washington. Además, el contexto electoral en ambos países vuelve delicado cualquier movimiento que afecte el empleo o las inversiones.
Sheinbaum busca adelantarse y asegurar condiciones más favorables antes de que una posible reconfiguración política complique las negociaciones. A su vez, muestra una postura activa en la defensa de los intereses económicos de México, proyectando liderazgo ante su electorado y los mercados.
¿Qué está en juego para México?
La industria automotriz representa más del 25% de las exportaciones mexicanas, con más de 1.5 millones de empleos directos y decenas de miles indirectos. Un arancel del 25% pone en riesgo su competitividad frente a países como Corea del Sur o Alemania, que gozan de condiciones más estables.
En el caso del acero y el aluminio, el impacto es transversal: desde la producción de maquinaria hasta la edificación de hoteles en zonas turísticas como Cancún y Tulum. Menores aranceles podrían traducirse en costos más bajos y mayor inversión.
Una visión desde el territorio
¿Qué significa esto para el Caribe Mexicano?
Aunque Quintana Roo no es una región industrial, sí depende de la importación de materiales para infraestructura hotelera y turística. El encarecimiento del acero y el aluminio, provocado por los aranceles, afecta desde el costo de construir nuevos hoteles hasta la ampliación de aeropuertos o trenes.
La negociación que lidera el gobierno federal puede significar, indirectamente, mayores márgenes de inversión en destinos turísticos, una señal positiva para desarrolladores y gobiernos locales.
El silencio estratégico: ¿arma o debilidad?
La presidenta evitó detallar las propuestas mexicanas, lo cual podría interpretarse como una estrategia de sigilo diplomático. Sin embargo, también abre interrogantes sobre la profundidad real de la negociación y los intereses que están sobre la mesa.
En política exterior, el manejo reservado de los temas comerciales puede ser tanto una herramienta de presión como un síntoma de fragilidad. En este caso, el tiempo y los resultados hablarán por sí mismos.
¿Nuevo equilibrio o mismo juego?
La propuesta de Sheinbaum de reducir aranceles marca un momento clave en la relación comercial con Estados Unidos. Si logra concretarse, podría aliviar presiones sobre sectores vitales de la economía mexicana, elevar la competitividad y proyectar una imagen de liderazgo económico ante un contexto global cada vez más incierto.
Sin embargo, el margen de maniobra es estrecho. La batalla arancelaria no se libra solo con razones técnicas, sino también con poder político. La habilidad negociadora del nuevo gobierno será puesta a prueba en un escenario binacional cada vez más volátil.