
Al experimentar la respuesta social a las operaciones de ICE, observamos que en Los Ángeles (California, EU), manifestantes se movilizaron para oponerse a las políticas de los funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE). Un símbolo recurrente en estas movilizaciones fue la bandera mexicana.
Contexto de las operaciones y las protestas
Las manifestaciones surgieron tras informes de funcionarios de ICE indicando la detención de 118 inmigrantes durante operaciones en Los Ángeles la semana pasada. Ante esto, los habitantes han tomado las calles de Los Ángeles, Compton y Paramount para protestar.
Consideramos que la densidad poblacional juega un papel. Millones de residentes en Los Ángeles tienen ascendencia mexicana, y la ciudad alberga a más de 900 mil personas indocumentadas. Esto genera un sentimiento de obligación entre sus habitantes para desafiar políticas que perciben perjudiciales para su comunidad.
La bandera mexicana como símbolo de apoyo
La bandera verde, blanca y roja se convirtió en un emblema visible en las protestas. Elizabeth Torres, de 36 años, relató al periódico The New York Times su sentir mientras ondeaba la bandera frente a un centro de detención: “Me siento muy orgullosa de ser estadunidense”. Añadió también que siente la necesidad de “mostrar mi apoyo a nuestros hermanos y hermanas mexicanos”.
Otro manifestante, Eric Torres, de 30 años, hizo eco de este sentimiento. Según reportó el periódico, el domingo ondeó una bandera mexicana frente a agentes del sheriff antidisturbios y expresó: “He venido aquí para apoyar a mi gente y mostrarles de dónde venimos”. Explicó que sus padres son inmigrantes, al igual que la mayoría de los manifestantes, y están allí para “apoyarlos, mostrarles nuestro amor”.
Reacciones oficiales y académicas
La fuerte muestra de apoyo a los inmigrantes y el sentimiento anti-ICE que se ha propagado ha generado reacciones en la administración Trump. El asesor de la Casa Blanca Stephen Miller describió a los manifestantes en redes sociales el domingo como “ciudadanos extranjeros, ondeando banderas extranjeras, alborotando y obstruyendo la aplicación de la ley federal que [intentaba] expulsar a los invasores extranjeros ilegales”.
Durante el fin de semana, el presidente Donald Trump desplegó a 2 mil miembros de la Guardia Nacional en Los Ángeles para intentar sofocar las protestas.
El gobernador de California, Gavin Newsom, respondió a este despliegue a través de X (anteriormente Twitter). Declaró haber solicitado formalmente al Gobierno de Trump que “rescinda su despliegue ilegal de tropas en el condado de Los Ángeles y las devuelva a mi mando”. El gobernador señaló que no había problemas hasta la intervención de Trump, calificando la acción como una “grave violación de la soberanía estatal” que “exacerba las tensiones al tiempo que retira recursos de donde realmente se necesitan”.
Según el canal NBC News, cerca de 60 personas han sido detenidas en las protestas hasta el momento.
El profesor de estudios chicanos en la Universidad de California en Los Ángeles, Chris Zepeda-Millán, ofreció su perspectiva sobre los manifestantes. Declaró al New York Times: “Son hijos y nietos de inmigrantes”. Añadió que no dudan de su propia ciudadanía, pero “comprenden el trasfondo racial de los ataques a los inmigrantes”. En su análisis, “reaccionan y dicen: ‘No vamos a permitir que nos hagan avergonzarnos del lugar de procedencia de nuestros padres y abuelos'”.
La presencia de la bandera mexicana en las manifestaciones en Los Ángeles subraya un fuerte sentido de identidad y solidaridad con la comunidad inmigrante, respondiendo a las operaciones de ICE y las políticas percibidas como perjudiciales. Las protestas han generado tensiones y diferentes reacciones a nivel gubernamental y académico.