
En medio de la escalada de tensión y redadas contra migrantes en Estados Unidos, el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, afirmó que México busca soluciones pacíficas a las controversias, reconociendo vivir “tiempos críticos y sensibles”.
La postura oficial de México
El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, sostuvo que la política exterior de México, como país suscriptor de la carta de las Naciones Unidas desde la conferencia de San Francisco en 1945, tiene como principio fundamental mantener la paz y la seguridad internacionales. Su afirmación se da en un contexto de tensión y redadas contra migrantes en Estados Unidos.
El contexto global de conflicto y migración
Durante un video mensaje ofrecido en el anuncio de la “Estrategia Cultura de paz, un semillero universitario”, iniciativa que hoy pone en marcha la UNAM, el canciller mexicano lamentó la situación que enfrentan los migrantes no solo en Estados Unidos, sino “en muchos países”.
Según de la Fuente, “la realidad del mundo nos muestra que algo no hemos logrado hacer bien”, evidenciado por la existencia de “más de 120 conflictos armados que afectan a más de 300 millones de personas”. Esto, añadió, demuestra que “el reto a nivel global para avanzar en la cultura de paz es muy grande”.
No obstante, consideró que la participación de las mujeres en la construcción de la paz “ha sido más eficaz”, no solo para “construir acuerdos de paz, sino que se vuelve un acuerdo que se puede mantener a lo largo del tiempo”.
La visión de la UNAM ante la crisis
Al respecto, el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí, manifestó su respaldo al gobierno federal y se sumó al exhorto de la presidenta de la República, Claudia Sheibaum, y del gobernador de California, a favor de la paz y en contra de cualquier provocación.
Lomelí lamentó que “Vivimos una creciente escalada de violencia provocada en parte por las contradicciones generadas por el tipo de globalización excluyente de las últimas décadas, agudizada por el resurgimiento de visiones autoritarias, extremismo religioso, regionalismos y nacionalismos, que creíamos ya superados y que alimentan una creciente genofobia”.
En este contexto, aseveró que la universidad nacional está preocupada por la situación en algunas ciudades de Estados Unidos, “y en particular en Los Ángeles California”, donde una “oleada de tensiones migrantes ha provocado fuertes protestas”.
El llamado a la paz y el respeto a derechos humanos
Ante esta coyuntura, se consideró “muy importante que las acciones que llevan a cabo todas las naciones para regular los flujos migratorios sean respetuosas de los derechos humanos y se apegan al marco jurídico internacional y de cada país”.
La UNAM declaró: “Desde la UNAM no solidarizamos con las personas migrantes que están pasando por momentos difíciles, reprobamos la violencia, venga de donde venga”. La Universidad nacional, señaló Lomelí, “no puede permanecer neutral”, pues su misión es “alimentar el pensamiento crítico, generar alternativas y sembrar esperanzas”.
La conjunción de la diplomacia oficial y la voz universitaria subraya la urgencia de la crisis migratoria y global. Mientras se clama por la paz y el respeto, la realidad, tal como la describen, apunta a un fracaso colectivo y a la persistencia de dinámicas excluyentes y violentas, evidenciando el gran reto para alcanzar una verdadera cultura de paz.