
Para quienes todavía creen que Morena es “el cambio verdadero” y no la segunda temporada del PRI, al menos en Quintana Roo, basta con echarle un ojito a lo que pasa en Playa del Carmen.
Porque sí, a Morena ya también le llegó su buena dosis de virus tricolor en el proceso de afiliación. Nada grave… solo una leve fiebre de corporativismo clásico.
El líder estatal de la CROC, el bien conocido Martín de la Cruz, se ha apuntado feliz a los trabajos de afiliación del partido guinda.
Y claro, como buen exdiputado local priista, está aplicando la receta de la vieja escuela: está “invitando” —con cariño, presión y algo de nostalgia— a los sindicalistas croquistas a que se sumen sí o sí a Morena. ¿Voluntario? Sí, como los lunes por la mañana.
Esto, en tiempos del PRI, tenía nombre: corporativismo.
Y en tiempos de Morena… también. Porque hay tradiciones que no se deben perder.
Eso sí, los estatutos de Morena dicen que la afiliación debe ser individual. Pero es en el papel. La realidad es otra.