Luego de seis años de inactividad, el acceso al basamento prehispánico más alto del norte del área maya ha sido reestablecido. La reapertura de la escalinata Nohoch Mul en la Zona Arqueológica de Cobá, Quintana Roo, marca un hito en el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), vinculado al proyecto de infraestructura federal del Tren Maya.
La Nohoch Mul vuelve a ser accesible
El anuncio oficial y la inauguración de la nueva escalinata del Nohoch Mul, uno de los basamentos más representativos de la Zona Arqueológica de Cobá, se realizaron este domingo 7 de diciembre de 2025. La ceremonia fue encabezada por la secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel de Icaza, en la Ciudad de México.
La edificación, que ostenta 42 metros de altura, es la más elevada en el norte del área maya. La secretaria Curiel de Icaza destacó el valor simbólico de este evento:
> “Venimos a reconocer el esfuerzo de quienes han protegido a lo largo de la historia este territorio y han sostenido su continuidad a lo largo del tiempo. Cobá es una ciudad que sigue revelando nuestra historia.”
La reapertura de la escalinata, cuya foto fue atribuida al Centro Instituto Nacional de Antropología e Historia (CINAH) de Quintana Roo, responde a una demanda social de visitantes y ejidatarios que se había planteado desde 2019. Fue en ese año cuando se suspendió el ascenso debido al desgaste natural causado por el intenso tránsito de turistas sobre los escalones originales.
La inversión en el Promeza y la nueva infraestructura
La inauguración de la escalinata se complementó con la apertura de una nueva Unidad de Servicios, como parte de las acciones de infraestructura del Promeza. Curiel de Icaza precisó que el programa gubernamental atiende a un total de 11 sitios en Quintana Roo con una visión integral, que incluye:
- Investigación
- Conservación
- Infraestructura
- Acceso cultural
Rigor técnico en la restauración del gran montículo
La instalación de la escalinata fue un proceso minucioso. Para asegurar la fidelidad histórica y estructural, el proyecto fue aprobado por el Consejo de Arqueología (CA) del INAH y se ejecutó con estricto apego a las normas internacionales de restauración de monumentos arqueológicos.
La intervención técnica fue precedida por un levantamiento topográfico exhaustivo.
Metodología de la instalación
Este levantamiento mapeó cada escalón del Nohoch Mul —que significa «gran montículo» en maya yucateco—, desde su base hasta su cúspide, proporcionando un modelo preciso de oquedades y relieves. Los datos obtenidos permitieron a los expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) establecer los espacios exactos para instalar la estructura contemporánea.
Los trabajos clave para la seguridad y funcionalidad de la nueva escalinata incluyeron:
- Consolidación preventiva.
- Renivelación de escalones.
- Microsondeos para la inserción de anclajes seguros.
La relevancia de Cobá en la red comercial maya
El titular del INAH, Joel Omar Vázquez, resaltó la importancia histórica de la urbe de Cobá. De acuerdo con el arqueólogo, durante su auge, que ocurrió entre 200 y 600 d.C., la ciudad abarcó una extensión de 70 kilómetros cuadrados y albergó a cerca de 50 mil habitantes.
El esplendor de Cobá no fue accidental; se debió principalmente a las extensas redes comerciales que la ciudad tendió con otros centros urbanos mayas fundamentales, entre los que destacan:
- Chichén Itzá
- Ichkabal
- Tikal
- Otras ciudades ubicadas en la costa del Caribe
Vázquez detalló que el INAH mantiene un trabajo sistemático en el sitio desde 1972. Recientemente, en el marco del Promeza, los análisis epigráficos desprendidos del proyecto arqueológico han permitido definir con precisión su fecha de fundación: el 12 de mayo de 569 d. C.
La reactivación de este acceso al turismo, restringido desde 2019, no solo es una victoria para los visitantes y la comunidad local, sino una reafirmación del compromiso del gobierno federal con la preservación y difusión del patrimonio prehispánico. La Nohoch Mul, el basamento más elevado del norte de la zona maya, se proyecta ahora como el símbolo de la conexión entre el pasado profundo y la infraestructura moderna impulsada en Quintana Roo, un reflejo de que, como dijo Curiel de Icaza, Cobá sigue revelando nuestra historia.







