La agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) ha vuelto a ser protagonista de un «show» mediático, provocando tensiones diplomáticas que ponen en riesgo un inminente acuerdo de seguridad con México. Estas acciones, calificadas como «mentiras» y «provocaciones cobardes», se desarrollan en un contexto donde el espectáculo alrededor de figuras como El Mayo Zambada busca desviar la atención y preparar el terreno para agendas ocultas.
El «show» de El Mayo Zambada: Una distracción evidente
El pasado 26 de agosto de 2025, las autoridades estadounidenses, maestras en el espectáculo mediático, no ofrecieron información novedosa sobre El Mayo Zambada. Aunque es de conocimiento público que Zambada es un criminal que amasó fortunas que superan los 15 mil millones de dólares, corrompió a policías, militares y políticos, y será sentenciado a morir en una cárcel de Estados Unidos a causa de un cáncer, el despliegue de reflectores genera interrogantes. La pregunta obligada es: ¿para qué tanto show si la información ya es conocida? Este tipo de exhibiciones, más allá del espectáculo, sugieren que algo se busca comunicar, que hay una preparación de terreno para futuras acciones.
La DEA insiste en falacias y tensiona la relación bilateral
No se puede ignorar que la semana anterior, durante tres días consecutivos, la DEA hizo circular una narrativa falsa sobre la existencia de un convenio o acuerdo oficial entre México y Estados Unidos. Esta especie, sin decirlo directamente, sugería una sumisión de México frente a su vecino del norte.
La presidenta Sheinbaum reaccionó con contundencia, desmintiendo categóricamente lo dicho por la DEA. Sin embargo, la agencia estadounidense insistió en la veracidad de su información, reiterando lo que había informado previamente. Esta postura buscaba señalar que no requieren el permiso ni el acuerdo de México para actuar a su antojo, tal como lo hacían, presuntamente, durante el periodo panista de los gobiernos de Fox y Calderón, y por ello hicieron pública su versión.
Fuentes cercanas a las negociaciones revelan que la insistencia de la presidenta en negar dicho acuerdo respondía a que este pretendía debilitar a México de cara a un importante convenio de seguridad que se estaría firmando, posiblemente, la próxima semana. Este acuerdo, entre otras cosas, busca conseguir la estadía prolongada y armada de personal de la agencia en territorio mexicano.
Acuerdo de seguridad al borde del colapso por «provocaciones cobardes»
Expertos en el asunto aseguran que las provocaciones de la DEA lograron desestabilizar las negociaciones. México expresó su queja formal por las acciones de la agencia y las pláticas estuvieron a punto de abandonarse, a pesar de que resultaban muy provechosas para ambos países.
Finalmente, la cordura prevaleció en ambos lados de la mesa. Los intentos de la DEA fueron considerados lo que son: provocaciones cobardes, amparadas en la imagen de un «mandamás fuera de quicio que amenaza con instaurar una hegemonía violenta sobre el mundo». A pesar de la tensión, se han logrado avances significativos que se plasmarán en un acuerdo que, según las expectativas, respetará la soberanía de México. Mientras tanto, el «show» de Zambada, en su primera parte, concluyó sin mayor contenido, aunque la máxima «The show must go on» parece resonar con las futuras acciones.