
Redacción/CARIBE PENINSULAR
ESPAÑA.- Miles de personas volvieron a manifestarse este domingo en las siete islas Canarias para protestar contra la masificación turística. Los colectivos sociales, ecologistas y ciudadanos que impulsaron hace un año las protestas contra los impactos del turismo de masas han vuelto a salir a la calle para exigir una operativa más sostenible del motor económico del archipiélago.
Bajo el lema “Canarias tiene un límite”, las marchas han comenzado en torno a las 11:00 horas de forma simultánea en todas las islas. “Clavijo, escucha. Canarias está en la lucha”, ha sido el grito inicial de la protesta en Santa Cruz de Tenerife, donde según la Policía Nacional se han concentrado unas 9.000 personas.
“No a los vertidos”, “La biodiversidad de Canarias también tiene un límite” y “Ecotasa ya”, han sido algunos de los mensajes que han expresado los manifestantes en sus carteles en la capital tinerfeña.
En Las Palmas de Gran Canaria, la protesta ha partido del Auditorio Alfredo Kraus, con proclamas centradas en los problemas que existen para acceder a una vivienda y peticiones de paralizar proyectos como el Salto de Chira o la Planta de Biogás de La Atalaya, que los convocantes ven incompatibles con la ecoísla a la que aspira el Cabildo.
Los manifestantes, unos 5.500, según la Policía, que han recorrido de punta a punta el paseo de Las Canteras, hasta culminar en La Puntilla, donde se ha leído un manifiesto, han reclamado también que se “anteponga el derecho a vivir dignamente en Canarias al derecho del turista”.
En Fuerteventura, además de un cambio de modelo turístico, los manifestantes han exigido una mayor protección de los espacios naturales y arqueológicos y una regularización de la vivienda vacacional, ya que en esta isla hay municipios, como el de La Oliva, donde más del 40 % de las casas están destinadas a esta modalidad, lo que obliga a muchas personas a vivir en caravanas, coches o contenedores.
Dada la emergencia hídrica que afecta desde hace años a Fuerteventura, los convocantes también han reclamado un consorcio público que proporcione agua a través de energías renovables y la creación de depuradoras biológicas, al considerar que “si hay agua para miles de piscinas y campos de golf, también debe haber para el pueblo”, tal y como dijo Adelina Padrón.
La paralización de proyectos urbanísticos ilegales, la demolición de los hoteles que la cadena RIU tiene en el Parque Natural de las Dunas de Corralejo, y la oposición al futuro macromuelle previsto en Corralejo, han sido otras de las reclamaciones de los manifestantes majoreros.

Contra “la especulación, la desigualdad y el crecimiento infinito”
En Valverde (El Hierro), un centenar de personas se ha congregado frente a la sede de la Consejería de Turismo del Cabildo de la isla para manifestar la oposición ciudadana al “insostenible modelo económico actual, basado en la masificación turística descontrolada y sus secuelas, tanto territoriales, como sociales, que generan especulación, desigualdad, precariedad laboral y dificultan el acceso a una vivienda”.
En La Gomera la protesta, en la que han participado unas 50 personas, estaba convocada en la plaza de Las Américas, frente al ayuntamiento de su capital, donde ha tenido lugar una batucada y, posteriormente, se ha leído un manifiesto en contra de la especulación y la masificación.
En Lanzarote, varios miles de personas han marchado desde la Casa de la Cultura Agustín de la Hoz hasta la sede del Cabildo de la isla con consignas relacionadas con la falta de agua y de vivienda y con la masificación turística. A su término, los convocantes han anunciado, al leer el manifiesto, que “comienza una nueva fase de lucha, más directa e incómoda para quienes ignoran el clamor popular”. De esta forma, se han referido a su pretensión de “boicotear actos públicos o mítines y ocupar espacios turísticos”.
En La Palma, unas 600 personas han recorrido la Calle Real de su capital al ritmo de tambores canarios, chácaras y bucios exigiendo una solución a la emergencia habitacional de la isla, agravada por la erupción del volcán Tajogaite, en septiembre de 2021.
La portavoz de Ben Magec-Ecologistas en Acción, Noelia Sánchez, ha explicado que esta movilización vuelve, por tercera vez, a las calles porque, tras un año de protestas, “el Gobierno canario y la patronal siguen haciendo caso omiso a las reivindicaciones que tienen que ver con la saturación turística y de espacios naturales, o con los problemas que acarrea el alquiler vacacional”.
“Ahora, unos días antes de estas manifestaciones, es cuando el Gobierno canario está diciendo que quiere abrir una puerta al diálogo y se olvida de que llevamos un año con un proceso participativo que ha recogido muchas propuestas, relacionadas con moratorias turísticas y al alquiler vacacional o con una ecotasa, a las que no ha hecho caso”, ha referido, unas consideraciones que ha compartido, en declaraciones a Efe en Tenerife, el portavoz de la Fundación Canaria Telesforo Bravo, Jaime Coello.
Los convocantes están en contra del actual modelo económico vigente en el archipiélago, sostenido en “la turistificación, la especulación, la desigualdad y el crecimiento infinito” de una tierra que, han advertido, es “muy limitada”.
En declaraciones a los medios de comunicación, Helena Espinosa, representante de ATAN (Asociación Tinerfeña Amigos de la Naturaleza) ha visibilizado esa “exigencia” de un “cambio de modelo” que “agota y exprime”. “Siguen insistiendo en este turismo de masas, en esta fórmula que agota nuestros recursos y modo de vida”, ha advertido Espinosa.
“No estamos en contra del turismo, estamos a favor de un modelo en el que se controle y mida la cantidad de turistas que somos capaces de recibir en unas islas ya colapsadas. Vamos por los 18 millones de turistas (al año) y parece que esto va a más. Seguimos con campañas, con ese llamamiento sin aforo y sin límite”, ha denunciado.
Por su parte, el documentalista y activista Felipe Ravina ha incidido en que un año después de las primeras protestas de “Canarias tiene un límite”, celebradas en 20 de abril de 2024, “los proyectos ilegales siguen adelante, siguen destruyendo la isla”, sin establecerse “límites” al turismo y al crecimiento de población. “En los últimos 20 años la población en el archipiélago que viene de fuera ha aumentado en 600.000 personas, y somos un territorio muy limitado, que no puede sostener, ni por recursos ni por espacio, un aumento infinito de personas”, ha señalado.
Por una moratoria hotelera y vacacional real
“Canarias tiene un límite” tiene diez demandas principales, entre ellas la paralización inmediata de proyectos destructivos y derribo de aquellos ya declarados ilegales; una moratoria hotelera y vacacional real; una Ley de Residencia; e impulsar energías renovables sin “expoliar” el territorio.
También reclaman la protección de nuestros espacios naturales y una tasa turística real; la restauración de ecosistemas y soberanía alimentaria y energética; y el rechazo a macroproyectos como trenes, ampliaciones de carreteras, autopistas, puertos y aeropuertos.
Además, piden una defensa del patrimonio cultural y social; medidas inmediatas para detener los millones de litros de vertidos contaminantes al mar y la creación de una ley de restauración ambiental.
En otras ciudades españolas como Granada, Valencia, Barcelona, Madrid, Bilbao, Pamplona o Santiago de Compostela también se han convocado concentraciones contra el modelo turístico canario. La protesta también se ha replicado fuera de España, como en la capital alemana, Berlín.
Con información de Rtve