
El morenismo caribeño está pagando un costo altísimo en Othón P. Blanco (Chetumal), con la reelección “haiga sido como haiga sido” de Yensunni Martínez.
En los comicios de hace casi un año, la nomenklatura morenista de Quintana Roo quizá pretendía presumir carro completo en la entidad.
La alianza Morena-PVEM obtuvo de entrada mayoría calificada en el Congreso del Estado y colocó a Quintana Roo en el top 5 de estados con mayor votación para Claudia Sheinbaum. También se llevaron los 11 municipios, pero…
En la elección de ayuntamientos, la alianza cuatroteísta tuvo problemas en al menos tres municipios, y su derrota fue evidente en Othón P. Blanco, donde los pronósticos ya advertían que los capitalinos no querían continuidad con Yensunni Martínez.
Al final, la coalición Seguimos Haciendo Historia se impuso con menos del 1% frente a Lidia Rojas. La candidata de MC ganó ampliamente en la ciudad de Chetumal, pero —al viejo estilo— la alianza Morena-PVEM-PT se “compensó” en la zona rural con prácticas sacadas de la prehistoria priista.
Morena ya lo veía venir en OPB, e hizo todo lo posible para hacer ganar, más por las malas que por las buenas, a Yensunni Martínez, fundadora del partido guinda y cuadro importado del norte del estado.
Y en el pecado… no solo llevó la penitencia.
Yensunni arrastró a Morena al abismo.
Las críticas ya no son solo al “gobierno” municipal. Los señalamientos son parejos. Hay daños colaterales casi incuantificables por la imposición.
Desde ahora se puede decir que Morena tiene perdido Othón P. Blanco. Para remontar, tendría que echar mano de prácticas más rústicas que las de 2024.
Aunque, en la 22 de Enero, quizá todavía estén a tiempo de salvar el carro completo en 2027… pero haría falta una amarga medicina en la capital.