
El futuro de la agricultura mexicana da un paso histórico con la creación de Prosebien, un organismo destinado a cambiar la forma en que el país produce sus semillas.
Prosebien: una respuesta urgente a la crisis de semillas en México
El gobierno federal, bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, publicó el decreto que da vida a la Productora de Semillas para el Bienestar (Prosebien). Este nuevo organismo descentralizado busca revertir una situación crítica: la alarmante dependencia de México en semillas importadas para cultivos básicos.
La palabra clave “Productora de Semillas para el Bienestar” aparece aquí de forma natural, situando el contexto local y el conflicto: la urgencia de fortalecer la soberanía alimentaria.
¿Por qué nace Prosebien? La deuda histórica con el campo mexicano
El legado de la liquidación de Pronase
En 2007, la liquidación de la Productora Nacional de Semillas (Pronase) por orden del expresidente Felipe Calderón marcó un antes y un después en la política agrícola del país. Con la desaparición de Pronase, México aumentó su dependencia de semillas extranjeras, debilitando su soberanía alimentaria.
Prosebien se instalará en Calera, Zacatecas, donde alguna vez operó Pronase, buscando revertir ese retroceso histórico.
Compromiso presidencial: una promesa cumplida
La creación de Prosebien cumple uno de los cien compromisos de Sheinbaum al asumir la presidencia: “recuperar la autosuficiencia en el abasto de frijol” y crear una empresa nacional de semillas que apoye a pequeños y medianos productores.
Objetivos estratégicos de Prosebien: soberanía y resiliencia
Producción y distribución de semillas calificadas
Prosebien producirá semillas de alta calidad, prioritariamente de frijol y arroz, aunque también de otros cultivos estratégicos. Estas semillas serán distribuidas a precios accesibles, beneficiando a pequeños productores de programas como Producción para el Bienestar y Fertilizantes para el Bienestar.
Innovación adaptada al cambio climático
Una de las funciones más relevantes de Prosebien será el desarrollo de nuevas variedades de semillas resistentes al cambio climático, un reto cada vez más apremiante en las zonas agrícolas del país.
El contexto crítico: cifras que explican la urgencia
- Cobertura actual de semillas certificadas: solo el 35% de las necesidades nacionales.
- Frijol: apenas 4.7% de cobertura con semilla certificada.
- Arroz: solo 14.9% de cobertura.
En 2023, se produjeron apenas 2,337 toneladas de semilla certificada de frijol, insuficientes para satisfacer la demanda nacional. El arroz presentó una situación aún más crítica, con apenas 731 toneladas.
¿Cómo operará Prosebien? Organización y coordinación interinstitucional
Junta de Gobierno multidisciplinaria
El organismo será administrado por una Junta de Gobierno compuesta por representantes de cinco secretarías: Agricultura, Hacienda, Bienestar, Economía y Salud.
Dirección general de alta responsabilidad
La presidenta de la República designará a la persona titular de la dirección general, quien contará con respaldo técnico y presupuestal federal para garantizar el cumplimiento de los objetivos.
La renovación tecnológica: un reto impostergable
Obsolescencia de variedades
Actualmente, las variedades de frijol y arroz más utilizadas fueron registradas hace más de dos décadas. La falta de renovación tecnológica ha puesto en desventaja a los productores nacionales frente a los importadores.
Recuperación de diversidad
En 2022 existían 26 variedades comerciales de frijol; para 2023 solo quedaban 10 activas. Prosebien también buscará revertir esta pérdida de diversidad genética.
Impacto esperado en el campo mexicano
- Fortalecimiento de la producción nacional.
- Reducción de dependencia externa.
- Impulso a la economía rural.
- Mejora en la seguridad alimentaria.
Un paso hacia la soberanía alimentaria
La creación de la Productora de Semillas para el Bienestar no solo atiende un compromiso de gobierno: representa un movimiento estratégico para rescatar al campo mexicano de una dependencia que ha debilitado su capacidad de producción.
La apuesta de Claudia Sheinbaum por la soberanía alimentaria podría cambiar el rostro de la agricultura nacional en los próximos años, siempre y cuando se asegure la transparencia, el financiamiento suficiente y la participación activa de los productores locales