Redacción/CARIBE PENINSULAR
CHETUMAL.- Una “falla técnica” suspendió la salida del Tren Maya en la ruta Chetumal-Cancún y dejó a decenas de pasajeros varados en la terminal.
La corrida programada para las 9:50 horas no salió, lo que provocó que usuarios perdieran vuelos o quedaran sin opciones inmediatas para regresar a sus hogares. Entre las quejas destacó la falta de apoyo de la empresa, que se deslindó de cubrir gastos de comida y hospedaje.
El incidente ocurre al tiempo que el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 contempla 30 mil millones de pesos para la operación del tren y su modalidad de carga, una cifra 33 % menor que la asignada en 2025, cuando fueron casi 40 mil millones.
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Los contrastes entre la inversión pública y los constantes tropiezos técnicos han generado creciente inconformidad entre los usuarios. El discurso oficial insiste en que el tren impulsará la economía regional, pero la experiencia de los pasajeros apunta a retrasos, incertidumbre y desprotección.
Desde marzo de 2024 se registran al menos cuatro descarrilamientos en estaciones de Yucatán, como Tixkokob e Izamal. Aunque no hubo lesionados, los daños materiales y los traslados improvisados en autobuses evidenciaron carencias en seguridad y operación.
Lo más cuestionado es la falta de responsabilidad institucional. Cada episodio ha sido reducido a “detalles mecánicos” sin consecuencias de fondo. A los pasajeros no se les ofrecen soluciones inmediatas ni garantías reales, mientras se normalizan los errores en medio de anuncios de presupuestos multimillonarios.
A los problemas técnicos se suma la polémica ambiental y social que arrastra el proyecto. Especialistas han reiterado que el desarrollo industrial y de carga del tren no debe justificarse a costa de la biodiversidad y el equilibrio ecológico del sureste.