Corre el rumor de que el exgobernador Roberto Borge estaría próximo a salir libre. No, al menos por ahora.
Y no es que el cozumeleño esté a punto de demostrar que es inocente.
Roberto Borge Angulo enfrenta actualmente cinco procesos penales en el Centro Federal de Readaptación Psicosocial (Ceferepsi) de Morelos: dos federales por delincuencia organizada y lavado de dinero, y tres estatales por peculado, desempeño irregular de la función pública y aprovechamiento ilícito del poder. Los señalamientos se centran en la venta irregular de predios del patrimonio de Quintana Roo y el uso indebido de recursos públicos durante su administración (2011–2016). Se calcula un quebranto superior a 900 millones de pesos por la venta irregular de al menos 22 inmuebles estatales, además de pagos irregulares por 594 millones de pesos a través de la empresa VIP Saesa.
En realidad, sus abogados buscan que deje la prisión por aparentes irregularidades en el llamado “debido proceso”, específicamente “atacando” la medida cautelar de prisión preventiva justificada. Alegan que ya se excedió el plazo de dos años que marca la ley, pues Borge lleva preso siete.
El detalle es que ese plazo no es continuo: se interrumpe por amparos, días inhábiles y recesos judiciales como el de la pandemia.
Tampoco es que sea cuestión de días que la defensa de “Beto” logre su objetivo, y mucho menos que salga libre.
Lo que sí podría ocurrir es que le cambien la medida cautelar y siga el juicio en prisión domiciliaria, como el hoy calladito Mario Villanueva.