
El giro comercial de Trump pone en jaque la estabilidad económica de EE.UU.
En medio de una economía tensa y con mercados bajo presión, Jerome Powell lanza una advertencia directa: la política comercial del gobierno de Donald Trump podría desestabilizar las metas fundamentales de la Reserva Federal en 2025.
Las metas de la Fed bajo amenaza
La nueva política comercial como factor desestabilizador
Desde Chicago, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, fue enfático: las nuevas políticas comerciales impulsadas por la administración Trump suponen un cambio significativo que complica los objetivos del banco central. Para Powell, este giro tiene un doble filo: afecta tanto la creación de empleos como la estabilidad de precios.
“Es probable que los efectos de eso nos alejen de nuestros objetivos”, explicó, advirtiendo que tanto el desempleo como la inflación podrían aumentar. Esta proyección, lejos de ser alarmista, refleja la complejidad que enfrenta la economía más poderosa del mundo ante medidas proteccionistas.
Aranceles y consecuencias inmediatas
El argumento central es simple pero poderoso: los aranceles afectan el flujo de bienes y servicios, encarecen los productos importados, reducen la competitividad de las empresas y generan incertidumbre en los mercados. Este cóctel podría ralentizar el crecimiento económico, un factor crítico en un año donde la Fed esperaba consolidar avances en empleo y control inflacionario.
Incertidumbre en los mercados: una tormenta bajo control
Volatilidad natural, pero preocupante
Powell minimizó la necesidad de una intervención directa en los mercados, pero no descartó los efectos de la incertidumbre. “Los mercados están procesando lo que está pasando”, dijo, apuntando a una dinámica tensa pero funcional.
En su visión, pese al ruido financiero, el sistema mantiene cierto orden. Sin embargo, esa “normalidad” es solo aparente. La volatilidad es un reflejo del desconcierto que generan las decisiones del Ejecutivo, y la falta de señales claras sobre el rumbo económico no ayuda.
¿Por qué no intervenir?
Aunque se esperaría que la Fed actuara para amortiguar esta turbulencia, Powell rechazó esta posibilidad por ahora. Aseguró que el mercado está cumpliendo su función, incluso en un entorno desafiante, pero eso no significa que los riesgos hayan desaparecido. De hecho, la presión sobre la Fed podría crecer si el desempleo repunta o la inflación se dispara como teme el organismo.
Contexto político y económico: una tormenta perfecta
El trumpismo económico como nuevo paradigma
Lo que está en juego no es solo una política pública. Lo que Powell pone sobre la mesa es el costo de una estrategia comercial agresiva, basada en nacionalismo económico, aranceles y confrontación internacional. Este enfoque, lejos de estar aislado, es parte de un paquete político que busca reconfigurar las relaciones comerciales de EE.UU., incluso a costa de la estabilidad interna.
Para la Fed, que opera con independencia política, estas decisiones representan un desafío sin precedentes. Los ciclos de política monetaria deben ahora coexistir con políticas fiscales y comerciales impredecibles, lo que eleva el riesgo de errores de cálculo.
¿Y México, cómo queda?
Aunque Powell no mencionó directamente a México, es evidente que la región latinoamericana —y en especial los países con tratados comerciales activos con EE.UU., como México— podrían verse afectados por esta estrategia. Las cadenas de suministro se estresan, las exportaciones mexicanas enfrentan costos mayores y, en última instancia, el crecimiento económico regional también puede verse ralentizado.
Para economías como la del Caribe Mexicano, donde el turismo depende de la conectividad y la estabilidad comercial, cualquier distorsión del mercado estadounidense tiene repercusiones directas.
El dilema de la Fed en 2025
Una política monetaria sin margen de maniobra
El mandato dual de la Reserva Federal —controlar la inflación y promover el pleno empleo— está hoy amenazado por una política comercial que actúa en sentido contrario. Si los aranceles aumentan la inflación, la Fed podría verse obligada a subir tasas de interés, lo que a su vez enfriaría aún más la economía. Pero si sube el desempleo, la presión será bajar tasas. Es un dilema clásico sin salidas fáciles.
La credibilidad en juego
Además del impacto económico, está la credibilidad institucional. Si la Fed se ve rebasada por decisiones externas, su capacidad de conducir la economía entra en duda. Esto puede generar una pérdida de confianza tanto en los mercados como en los consumidores.
En un año electoral y con Trump al frente de decisiones clave, la Fed necesita moverse con cautela pero también con firmeza.
Más que una advertencia, una llamada de atención
Lo dicho por Jerome Powell no es un simple comentario técnico. Es una alerta directa sobre los costos estructurales de una política comercial errática. Si la administración Trump persiste en esta vía, las consecuencias no solo afectarán a los indicadores macroeconómicos, sino también a millones de familias trabajadoras, empresas exportadoras y mercados regionales.
La lección es clara: la política económica no se diseña en el vacío. Cada decisión tiene efectos en cadena. Y en 2025, el margen de error es mínimo.