Redacción
Los Cabos, Baja California Sur.– Santiago Caamal nunca imaginó la multitud que lo recibiría en el Santuario de Guadalupe. Con la imagen de la Virgen de Guadalupe a cuestas, después de 65 días de peregrinaje en bicicleta desde Quintana Roo, llegó a Cabo San Lucas para cumplir la promesa que hizo en agradecimiento por la salud de su madre.
Originario de Tixcacalcupul Guardia, comunidad maya de Felipe Carrillo Puerto, Santiago emprendió el viaje como parte de una manda. Su madre necesitaba una cirugía de alto costo, pero la intervención ya no fue necesaria: el creyente atribuye el milagro a la intercesión de la Virgen Morena.
La tarde del jueves, visiblemente agotado por el calor, la sed, el hambre y las largas jornadas de pedaleo, Santiago subió la cuesta que conduce a la entrada de la ciudad. Desde ahí pudo observar la bahía, mientras cientos de fieles lo aguardaban en el santuario. Familias procedentes de distintas partes del país rezaban el rosario de rodillas, esperando el momento de tocar la imagen que el peregrino traía consigo.
El recibimiento fue solemne y festivo a la vez: en el altar preparado para la Virgen se hicieron largas filas de devotos que buscaban agradecer, pedir salud o suplicar un milagro. Afuera, en el atrio, grupos de chinelos danzaban y músicos interpretaban cantos religiosos para celebrar la llegada del viajero.
Todos querían acercarse a Santiago: algunos para tomarse una foto, otros para entregarle una ofrenda económica —50, 100 pesos o lo que estaba a su alcance— como muestra de apoyo y reconocimiento.
El peregrino, sin embargo, evitó dar entrevistas o hablar demasiado. Se movía con discreción entre la multitud, mientras los asistentes lo seguían con cámaras y celulares. Su silencio parecía ser parte de la ofrenda, un testimonio de fe que no necesitaba palabras.
Con su bicicleta como único medio de transporte, Santiago recorrió más de dos mil kilómetros. Lo hizo con la convicción de quien cree firmemente en un milagro y con la resistencia de quien sabe que la fe puede sostener el cuerpo aún en medio del cansancio, el hambre y el calor.
