
Cuando la protesta se vuelve rutina: el paro docente que paraliza tres estados
Las aulas están vacías, pero no por vacaciones. En Oaxaca, Chiapas y Zacatecas, miles de estudiantes han dejado de recibir clases por una razón que ya parece una constante: el paro de maestros. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha vuelto a la carga, y con ello, ha puesto de nuevo en jaque el ciclo escolar en el sur y centro del país.
El conflicto educativo se agrava en Oaxaca, Chiapas y Zacatecas
El reporte más reciente de la Secretaría de Educación Pública (SEP) es claro: estos tres estados concentran el mayor número de escuelas en paro a nivel nacional. No es un fenómeno nuevo, pero su persistencia enciende las alarmas por las consecuencias estructurales que está dejando en la educación pública.
Las razones detrás del paro
El origen de esta nueva ola de protestas es, una vez más, la exigencia de la CNTE para mejorar las condiciones laborales del magisterio. Entre las principales demandas destacan:
- Aumento salarial justo y homologado.
- Reinstalación de maestros cesados.
- Abrogación definitiva de la reforma educativa.
La CNTE, históricamente combativa, no ha dado tregua. En cada entidad, las secciones locales han radicalizado sus acciones.
Oaxaca: la fortaleza de la Sección 22
Oaxaca ha sido por décadas el bastión más emblemático de la CNTE. La Sección 22 no solo encabeza las protestas, sino que articula un discurso político que cuestiona las políticas federales. Las movilizaciones han derivado en marchas, bloqueos y suspensión prolongada de clases.
Chiapas: la Sección 7 toma las calles
En Chiapas, la Sección 7 sigue el ejemplo oaxaqueño. Las movilizaciones han ido en aumento y han logrado detener el ritmo normal de las actividades escolares. En algunas regiones del estado, el paro se extiende por semanas sin visos de solución.
Zacatecas: la creciente inconformidad de la Sección 58
Aunque Zacatecas no ha sido históricamente un estado con alta presencia de la CNTE, en los últimos años la Sección 58 ha ganado fuerza. Las demandas se alinean con el resto del movimiento, pero también suman agravios locales, como falta de infraestructura y pagos atrasados.
SEP: diálogo sin resultados concretos
La SEP ha reiterado su voluntad de diálogo. Sin embargo, los encuentros entre autoridades y representantes del magisterio no han conseguido frenar los paros.
El dilema del derecho a la educación
El discurso oficial insiste en que debe garantizarse el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes. Pero la realidad en el territorio indica otra cosa: miles de alumnos sin clases y padres desesperados por la falta de certidumbre.
Organizaciones civiles, académicos y colectivos de padres de familia han empezado a alzar la voz. Temen que el rezago educativo, ya agravado por la pandemia, se profundice.
¿Y los estudiantes? Las verdaderas víctimas del conflicto
Más allá de las consignas, los bloqueos o los discursos sindicales, hay un grupo que lleva la peor parte: los estudiantes. Especialmente en zonas rurales e indígenas, donde muchas veces la escuela es el único espacio de aprendizaje formal, el paro significa un golpe directo a su presente y futuro.
Efectos acumulativos
- Pérdida de contenidos curriculares.
- Desconexión con el proceso educativo.
- Aumento de la deserción escolar.
- Desigualdad frente a otros estados sin paro.
El impacto no es solo académico, sino también emocional y comunitario. En muchas regiones, la escuela es también un punto de cohesión social.
¿Hacia dónde va el conflicto magisterial?
El paro en Oaxaca, Chiapas y Zacatecas no tiene fecha de término clara. Mientras la CNTE mantiene su presión en las calles, y la SEP insiste en la vía institucional, el conflicto parece estancado.
Lo que está en juego va más allá de un pliego petitorio. Se trata de un modelo educativo que, en zonas como el sureste mexicano, vive entre la precariedad estructural y la movilización permanente.
¿Es posible una solución estructural?
Resolver el conflicto requeriría algo más que mesas de diálogo. Se necesita una política pública que reconozca la complejidad del sistema educativo en estos estados y que no reduzca el problema a meras cifras presupuestales.
La educación en la cuerda floja
La crisis educativa que viven Oaxaca, Chiapas y Zacatecas no es coyuntural, es estructural. Los paros docentes visibilizan un problema profundo: la falta de consensos duraderos entre Estado y magisterio, y el abandono de millones de estudiantes. Urge repensar el modelo educativo, con una visión territorial y con participación real de las comunidades.
Porque mientras los actores políticos negocian, la infancia pierde. Y cada día sin clases es un día menos de futuro